Capítulo primero
Billy Turner siempre había sido un niño muy imaginativo. Había leído libros fantásticos sobre magia, guerras medievales, Leprechauns, hadas del bosque, dragones, magos, brujas, elfos, seres mitológicos, dioses, animales mágicos, grandes castillos, y reinos fantásticos. Pero también sabía muchas cosas sobre Goblins, Orcos, seres horrendos, monstruos, criaturas del fuego, malvadas brujas, magos perversos y reinos donde sólo habitan la maldad y la muerte. Esos eran los libros que Billy leía. Todos ellos le parecían muy “guays.”
Billy tenía el pelo corto y negro, ojos castaños y un cuerpo delgado, pero robusto. Pero no podía decirse que fuese feo, ni mucho menos. Era guapo y listo. Tenía diez años y era el primero de su clase. Le gustaba los libros de texto, pero le gustaban con locura las novelas fantásticas y de ciencia-ficción.
Siempre acostumbraba a vestir su chaqueta tejana, su camiseta a rayas blancas y negras, lo que le hacía parecerse a una cebra robusta. Siempre llevaba pantalones tejanos azul marino y una gorra roja con el dibujo de una pizza en la que podía leerse “Pizza Hut.”
Uno de los libros que más le gustaba era un libro que hablaba sobre un reino atacado por unos seres calvos con vello por todas partes. Sus cabezas estaban tan peladas que hasta un piojo haría “patinaje artístico” sobre ellas. Ese maravilloso libro se lo había regalado su abuelo, Arthur Turner.
Arthur Turner y Ross Mary Turner eran los únicos que quedaban vivos de su familia y las únicas personas de este mundo que podían hacerse cargo de él. Ni sus tíos, ni sus abuelos maternos, ni nadie más podían hacerse cargo de aquel pobre muchacho. Sus padres, Susan y Alexander Turner habían muerto en accidente de coche cuando Billy tenía cinco años. ¡Billy se salvó por los pelos! y resultó prácticamente ileso.
Su abuela tenía sesenta años. Ella le cosía muchos jerseys y lo que le gustaba ver la tele y cocinar.
Su abuelo, Arthur, tenía sesenta, pero no los aparentaba ni por el forro. Aquel hombre parecía ser mucho más joven de lo que en realidad era. Aparentaba cincuenta años escasos, y se conservaba estupendamente para su edad.
Billy se quería mucho a los dos abuelos, y hasta les presentaba a sus enamoradas, que salió con seis niñas de su clase. Para Billy, vivir con sus abuelos era cómo vivir con unos maravillosos seres.
Cómo cada noche, su abuelo le acompañaba a la cama después de comerse un buen plato de espaguetis a la carbonara. Pero esta vez no iba a contarle un cuento famoso o una historia fantástica. No. Esta vez su abuelo le iba a dar algo muy especial.
- Abuelo - dijo Billy mientras se metía en su cama -. ¿Por qué no me cuentas una historia de guerras medievales con elfos, hombres y orcos que viven en otra dimensión del tiempo y del espacio? Una historia en la que Billie Crossman sea el malo del relato y llegue a pasarlo realmente mal. Ya sabes, abuelo. Odio a ese niño.
- No está bien lo que has dicho, Billy. Sé que odias a ese niño, pero tienes que hacer lo que se convierta en tu amigo.
- Ya lo sé, abuelo. Pero ese niño es muy malo y me pega siempre que puede. Por cierto, ¿Qué hay de la historia?
Su abuelo miró a Billy y le dijo algo mientras cogía un extraño libro de la estantería:
- Esta vez no te explicaré un cuento, Billy. Ya empieza a ser hora de que te entregue este libro. Es un libro muy especial. Cuídalo bien. Sólo es para niños a los que les gusta mucho leer.
- Pues a mí me gusta mucho leer, abuelo.
Billy tomó el libro de manos de su abuelo y el corazón se le puso contento. Luego le dio las gracias. El abuelo cerró la puerta de la habitación mientras le decía cariñosamente:
- Buenas noches, Billy.
- Buenas noches, abuelo – respondió el nieto.
Cuando su abuelo dejó a Billy solo en su habitación, el niño empezó a leer el libro y sintió que iba a gustarle mucho. Billy miró la tapa en la que estaba dibujada una espada saliendo del agua. Después quedó sorprendido por el título de aquel libro:
"El Viajeron de Sueños"
El chico quedó sorprendido y se preguntó:
- ¿El Viajero de Sueños? ¿Qué demonios será eso de El Viajero de Sueños? ¿Quién demonios será ese viajero?
Billy abrió la primera página que parecía estar escrita en tinta de color violeta y empezó a leer. A medida que iba leyendo, el niño iba cerrando los párpados poco a poco. Finalmente, Billy se quedó profundamente dormido con el libro sobre su cara. El sueño le había vencido. Mientras dormía, unas letras luminosas que salían del libro comenzaron a rodear todo su cuerpo. Esas extrañas letras le envolvieron del todo hasta arrastrarlo completamente hacia el interior del libro.
Billy ha entrado en un fantástico mundo, ¡No os perdáis el siguiente capítulo que será alucinante!
oye flor, me encanta leer historias raras, la tuya llamo mi atencion, sigue escribiendo, me muero por saber en que parara billy y el libro, el toque de la espada da mucha seriedad al libro, espero pronto la siguiente parte