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Categoría: Ciencia Ficción

Las Multimedias

Habiendo dejado la casa sosegada salí con la idea de comprar el regalo de cumpleaños a mi esposa Motorota. No tenía mucho que pensar, la elección, esta vez, era más sencilla que otras veces ya que como ha vuelto a ponerse faldas, lo mejor era comprarle unas medias bonitas o mejor unas multimedias que son mas cibernéticas, solo para que se ponga mas sexy.

La ultima moda en multimedias es una especie de webcasting que te recorre toda la pantorrilla y que consiste en proyecciones audiovisuales y que parece ser que bajan desde un web americano.

Así que me dirigí a la tienda electrónica de la Big Shop y fui directo en su búsqueda. Al entrar vi que en una de las pantallas gigantes estaban poniendo una película antigua, la de 2001 odisea del espacio, precisamente en el momento en que el ordenador va a morir y quiere cantar una canción que aprendió en Illinois, (aquí si estel relato es leído se puede poner un poco de música del Danubio Azul o el Así hablo Zarathustra) y claro los dependientes estaban muy ensimismados por lo que caí en la tentación de meterme en los bolsillos una caja de multimedias y salir disimuladamente. No fue difícil, bastó con alargar la mano, coger el box y esconderlo entre la ropa. Objetivo cumplido, regalo seguro. Todo parecía permanecer en calma aunque mi corazón tartamudeaba un poco en la diástole.

Grave error el mío ya que en segundos las videocamaras empezaron a gimotear y todo el sistema de detección por computadora empezó a funcionar. Las pantallas de toda la sección se apagaron y las luces parpadearon, yo fui iluminado por una especie de rayo láser de color malva de baja frecuencia. Pronto fui rodeado por un grupo de vigilantes de seguridad tecnológica que me señalaron y apuntaron con sus armas brillantes, estaba muy asustado. Finalmente, sin que nadie me hiciera ninguna pregunta, fui conducido a una habitación llena de ordenadores que se abrió tras un espectacular panel de la escuela estocástica que representaba unos dados binarios haciendo el amor a la sombra de un serbal de cazadores.

Me llegó una voz, en la frecuencia de 4,5 herzios, suave e impersonal que simplemente dijo ¡¡Ahora te haremos las FAQ ¡¡ algo así me pareció entender; yo me temí que seria sometido a un terrible juicio por una maldita caja de multimedias. Quería llamar a Motorota pero todos los sistemas estaban bloqueados y mi emisor estaba caído. Me sentaron con dos guardianes a cada lado, yo observaba a los ratones de los ordenadores, todos estaban atentos hacia mi, haciendo click sin cesar mientras yo permanecía quieto a la espera de las malditas preguntas, nunca me habían sometido a tal tortura, me vinieron recuerdos de relatos oídos en la hiperescuela.

 En ese momento me entro una fuerte necesidad de ir a hacer pis. Ahora me doy cuenta de que estaba aterrorizado por las señales que me llegaban de la computadora principal y que lo único que quería era soltar lo que llevaba dentro. En el fondo aquello fue mi salvación, el pis, porque me desperté y me di cuenta que Motorota se parecía un montón a mi adorada esposa y que dormía plácidamente a mi lado derramando mil gracias.

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