-Se preguntará la razón por la cual lo he llamado- dijo ella mientras el ser la observaba detenidamente detrás de la capucha que cubría casi por completo su rostro, dejando ver solamente un extraño brillo rojo, el cual parecía ser el resplandor de sus ojos.
-¡Venganza!- exclamó ella -eso es lo que quiero, ¡venganza!
El ser continuó observándola.
-Este mundo puede ser muy cruel sabe, uno vive como puede sin hacer ningún mal a nadie, pero para ellos eso no importa, cualquier día, sea cual sea, pueden acabar contigo sin piedad, ¿entiende a lo que me refiero?
El ser sólo asintió con la cabeza.
-Este, el que se supone es mi hogar, no ha sido más que la tumba para mis hijos. La responsabilidad de los hijos es un peso muy grande que uno se echa a la espalda, uno tiene que cuidarlos, alimentarlos, se vuelven parte de uno, pero para ellos, pero a ellos eso no les importa, nosotros no importamos para ellos.
Desde el día que nací he tenido que lidiar con ellos, escondiéndome, huyendo, "sobreviviendo", ¿me comprende?, "sobrevivir no es vivir". En fin, creo que eso ya lo tengo muy metido en la cabeza, ceñido a la piel, pero mis hijos, mis pobres hijos, ellos que culpa tenían, eran solo unos bebes, eran todo para mí y esos bastardos, esos malditos bastardos acabaron con sus vidas cruelmente. Yo, yo no pude hacer nada -dijo ella con voz temblorosa- ¡siento una impotencia tremenda, pero sobre todo una inmensa ira y un enorme deseo de venganza!, es por eso que imploro su ayuda para vengar la muerte de mis hijos. Se que usted tiene el poder para hacerlo, no me pregunte como es que se de usted o como lo encontré, tal vez alguien me dijo, o quizá mi deseo de verlos muertos fue lo que me llevó hasta usted, ni yo misma se como es que estoy aquí frente a usted.
-Sabes que mi ayuda no es gratis ¿cierto?- una horrenda voz salió de aquel ser
-¿Cuál es el precio?, pagaré lo que sea
El ser la miró fijamente por un rato, luego pestañeo un par de veces.
-Esta vez ellos pagarán por tí, cuando los hayas matado serán míos.
Una rara niebla comenzó a salir desde la túnica del ser aproximándose rápidamente a ella hasta cubrirla por completo. Ella sintó recorrer por todo su cuerpo un escalofrío endemoniado, comenzó a crecer, se quedó atónita, sin habla, el ser la veía mientras ella crecía desmesuradamente. Pata a pata fue creciendo hasta que su arácnido cuerpo alcanzó una altura considerable, pero sin perder su fisonomía original. El crecimiento se detuvo finalmente, el ser la había hecho crecer, ahora era una araña gigante.
-Tu petición ha sido concedida - dijo aquel ser con su oscura voz y después desapareció.
Ella pensó en lo dulce que iba a ser su venganza al aplastar a esos humanos bastardos tal y como ellos lo hicieron con sus hijos, y sonrió maleficamente...