- Como un soldado que guarda una carta de amor en su guerrera que escribió varios meses atrás para su esposa y que nunca llegó a salir porque antes de hacerlo fue hecho prisionero hasta que, finalmente, una mañana cualquiera, es fusilado y las balas traspasan primero el amarillento papel y acto seguido su corazón.

- Como esperar impertérrito ante una inmensa cola en la que sólo se avanza cuando es retirado algún cadaver de los que nos preceden.

- Como un dios ante un tribunal humano que, en un exceso de histrionismo, hace como si se indignase en extremo y protesta, aunque es consciente de que es culpable en realidad.

- Como cuando, en un acto de caridad, eres sacado a bailar por la mujer a la que amas precisamente porque nunca te amará.

- Como un haz de luz esperanzador que no es más que el débil fulgor de la cerilla que tiraron fuera del salón donde se celebraba la fiesta.

- Como el mendigo agonizante al que tiran monedas justamente cuando no las pide.

- Como las miradas que se esquivan y que después, cuando uno las busca arrepentido, ya siempre nos rehuyen.

- Como el pescador que vuelve con las redes vacías, adivinando la hambruna que tiene que llegar, pero duerme feliz esa noche recogido en su desamparo.

- Como un actor que olvidó su papel y en su terror es incapaz de escuchar los cuchicheos desesperados del apuntador mientras el público comienza a cruzar miradas de extrañeza hasta que el silencio, como una losa, se hace más y más abrumador.

- Como la incertidumbre de un amor unilateral que es correspondido por quién sabe qué extrañas razones, incluida la de que en realidad se trate de un amor bilateral (pero la incertidumbre no deja ver esto último, que en última instancia es tan cierto como falso).

- Como el asesinado en mitad de una tregua que todos se esfuerzan por ignorar para que la situación permanezca inalterable, en orden...

- Como ser mencionado en una charla intrascendente.

- Como la humillación de un empleado, el más bajo de todos, que tras más de cuatro años en la empresa no tiene siquiera un sitio para sentarse a hacer como si trabajara.

- Como en el circo, que lo mejor son los payasos.

- Como el día que me dijiste que no me querías, que nunca existió. Fue por la noche.