Nací en Bilbao, de profesión poeta, de mente nacionalista Vasco (de esos luchadores que quieren conseguir la independencia con "dos cojones" a golpe de pluma, tintero y goma (dos). Aquella mañana monté en el vagón número tres que me conducía desde la estación de Vicalvaro a Atocha. Apenas eran las ocho de la mañana del once de marzo de 2004. Saqué mi cuaderno, como todas las mañanas y continué aquella poesía que anoche había comenzado. La titulé libertad. Trataba sobre una paloma que en Euskera conquistaba a otra paloma, creo que Castellana. Miré frente a mí. En el suelo había una mochila. Una mochila negra. Que raro - pensé. No le di importancia. Tres minutos después explotó. Noté como mi cuerpo subía por los aires y golpeaba contra el techo. Caí. Escuché todos los gritos. Pensé en mi poesía, la había perdido. Traté de cojerla pero no encontré mis brazos.