TREN DEL SUR
(Estilo Boom)
Papel en blanco, pluma negra. Ropa apropiada, lista. Mientras en la noche estrellada de perlas brillantes, la aurora completa la sinfonía nocturna; y mirando al infinito escenas en su mente, sentimientos ocultos y gotas de aceite sagrado brotando del lente puro. Moja su cara, piel de tersura y cierra los ojos.
Se escucha un silbido, nerviosismo en sus venas, a pasos lentos, pies descalzos rozados a la roja alfombra se acerca a la ventana y ve la figura del hombre por quien escribe. Plan ejecutado.
Mientras baja las eternas gradas en el negro profundo de la noche todos duermen, sonidos a duras sordos, se escucha una voz
-¡No!-
y el corazón bombea a toda máquina, dedos helados, ojos centinelas,
-¡No pasa nada!-
Cuidadoso silencio... y abre la puerta. Miradas nerviosas apenas encontradas en la escasa luz de la luna llena y su más cercana estrella. Roce de dedos, pláticas susurradas y el miedo a ser descubiertos los condujo a subir en el paraíso.
La sed terminó por consumirlos tendidos boca arriba, y en el ingenuo abrazo se escuchó la locomoción de un intenso viaje.
Encuentro de miradas negra-rojas y roja-negras. Silbido de un tren, carbón listo al rojo vivo. Manos indecisas, respiraciones descoordinadas, emociones jamás sentidas y el tren, el tren emprendiendo al sur. Palabras necesitadas vagando en el espeso vapor, desesperación, gemidos sordos de cansancio. Empieza recorriendo puentes entre la mente y el olvido.
Sudor, se humedecen los cuerpos, y mientras avanzan, a lo lejos, entre la espesa noche nacen montañas de agua viva con copos bronceados por el sol; el tren aprisa, más carbón negro-rojos rojo–negros. Recorre las faldas de las montañas, lamido de nube roja humedece su piel y éstas se refrescan.
Sube, sube, sube a toda velocidad hasta la cumbre del copo donde se pierden en el éxtasis del cielo.
¡Alto, fin del camino...!
Velocidad inevitable, miedo a morir, éxtasis por vivir. El tren se desliza por caminos nunca abiertos, senderos vírgenes.
-¡No quiero morir! ¡Quiero vivir!-.
Y el tren se sumerge en el vacío, vuelcos bruscos, marcas y sangre en los cuerpos. Golpe final, explosión, no hay oxígeno. Silencio total.
Abre los ojos, noche estrellada de perlas brillantes, la aurora completa la sinfonía nocturna, desde el lente rojo solo agua y se escucha en el silencio un silbido...
FLOR NEGRA