... para llegar al centro, descubro calles, rincones, maravillas en las que nunca reparé... como el Paseo Bulnes, con sus jardines, asientos, árboles, vehículos sin prisa... y mil palomas inquietas...
Allí, respirando tranquilidad provinciana, pregunté a una de ellas:
¿Cuál es vuestro secreto para ser felices?: no corren al banco, no deben, no trabajan, van dónde quieren... y nada les falta.
Y una, la que hace arrumacos a ese palomo café, respondió: “ustedes prefirieron manzanas...”
No supe si reír o avergonzarme. ¡Que por una manzana duerma sobresaltada y despierte deprimida!
Pero todo se compensa paseando por Avenida Bulnes...
Bonito el hiperbreve. Ahora, si es la misma Plaza Bulnes que estoy imaginando, como provinciano te digo que es una pesadilla andar por esos lados.