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Te voy a pintar un cuadrito, niña mía, en tonos azul y malva para rimar tu mirada.
Y una fuentecilla de plata que te cupla los deseos al echar tu moneda al agua.
Y cuando a dormir te vayas, enfrentaré nubes negras y de ellas haré tu almohada.
Y tallaré con la luna, ahora clara y despejada, el cabezal de tu cama.
Y el reloj yo te abriré para quitarle el mal tiempo que se esconda en sus entrañas.
Y robaré el arcoiris después de llover la lluvia , para hacerte diademas.
Y tejeré un tapiz en tus paredes con rojo de la amapola y verde de la fresca hierba.
Y ataré el sol a la ventana para que nunca se enfríe el candor en tu piel de perla.
Y siempre que te sientas sola, mandaré los pajarillos a cantar lo que prefieras.
Y estaré de guardia eterna por si me quisieras cerca.
Te voy a pintar un cuadrito, niña mía, en tonos azul y malva, para que tu sonrisa vuelva.
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