Roberto ya empezaba desear la muerte, pero contrario a lo que se pudiera pensar, apesar de las heridas ni siquiera sentía un mareo que le indicara una fácil muerte por desangramiento. Unos minutos después el olor a comida inundó el ambiente, Roberto no pidía creer que lo que se estaba cocinando era su propia carne, miles de preguntas sin respuesta se mezclaban en su mente. ¿cómo había llegado Carolina a volversa caníbal? , ¿porqué hablaba con tanta propiedad del tema?, ¿acaso ya había probado la carne humana?...
Carolina era muy hermosa desde que había nacido, su piel era de un color canela parejo que contrastaba con sus ojos verdes. Su nariz respingada y sus labios definidos completaban su hermosos rostro. Se desarrolló muy rápido, a los doce años ya parecía de 16 y su cuerpo era prácticamente un pecado mortal. Un día cualquiera su padre la encerró en su cuarto mientras su madre cocinaba y empezó a manosearla por todos lados. Al principio Carolina en la inocencia de su edad no entendía muy bien qué era lo que estaba pasando, pero al cabo de un rato cuando su padre dejó al descubierto un pene erecto y ansioso, Carolina empezó a entender; su padre la obligó a lamer lo que para ella era como un tronco y poco a poco lo fue introduciendo completamente en su boca; sus lágrimas, su miedo, su desesperación... todo empezó a confundirse con el olor a comida que en ese momento provenía de la cocina. Esa amalgama de sentimientos detonaron algo extraño en Carolina, algo asesino...
Mientras cocinaba, Carolina sentía una tranquilidad absoluta, el olor de la carne humana era deliciosa, se le hacía agua la boca de sólo pensar en el banquete que estaba a punto de darse. Fue a revisar a su padre, la carne podía esperar un rato, la idea era que quedara bien blanda para que tuviera mejor sabor.
-Hola papá, ¿cómo te sientes?- preguntó con cinismo Carolina.
- ¿Cómo te sentirías desnuda, amarrada a una cama y con menos cuerpo que una hora antes?
- Touché
Por unos interminables segundos las miradas de padre e hija se cruzaron, el silencio fue roto por Roberto con una frase que pronto se arrepintió de decir.
-Estás loca, jodidamente zafada.
Inmendiatamente Carolina saltó a la cama sobre Roberto y acercando su rostro al de él la miró fijamente -No te había dicho que me fascinan los ojos guizados, y e este momento me está entrando unantojo increíble, ¿cual será?, ¿el izquierdo o el derecho?. Roberto sintió un dolor lacerante cuando la navaja entro suavemente por uno de sus párpados, su ojo izquierdo salió de su cuenca con un sonido hueco y un chorro de sangre que empapó su rostro. Carolina tomó el ojo en sus manos y sin pensarlo se lo comió, mientras masticaba miraba sonriente a Roberto que ahora lloraba como nunca en su vida lo había hecho.
-Delicioso!!, y ahora sigamos con la cena, me muero de ganas de probar tu abdomen.
Este cuento es de 4 partes, por lo tanto les recomiendo a los que quieran leerlo que lo hagan en orden para que tenga sentido. De antemano gracias a todos los que lo lean y ojalá que voten por el, sea mal o bien.