Humm, sabe delicioso!!... cuando está caliente es cómo un coctel y baja suave por la garganta, su saber es dulce y un poco viscoso, pero es cuestión de tiempo para que consiga la perfección, cuando está fría es como un refresco para todos los sentidos. Si papá estoy hablando de la sangre, un manjar de dioses.

Sin embargo no es lo único que se puede disfrutar de un cuerpo humano, este músculo por ejemplo -dijo Carolina mientras señalaba el biceps izquierdo de su padre Roberto- ¿lo ves?, bienm preparado es igual a un lomo de cerdo...
- pero ¿que pretendes?- atinó por fin a decir Roberto -¿por que me golpeaste con ese bate?, ¿en dond estamos? y ¿por que estoy amarrado a esta cama?.
- está bien papá voy a contarte - respondió carolina - lo que pretendo, lo que realmente quiero es... Carolina dejó de habalr mientras encontraba la palabra exacta para expresar lo que quería, su padre esperaba desnudo amarrado de tobillos y muñecas a las patas de la cama.
- ...lo que quiero es VENGARME - dijo por fin Carolina.
- vengarte? y de que?
- ¿de que crees?, ¿que pensaste?, ¿que por que me callé todos estos años lo había olvidado?, ¿que todas las veces que me violaste cuando tenía doce años se habían borrado de mi memoria?, pues te tengo una noticia papá, estos 10 años sólo me han servido para alimentar mi rencor pensando en mi manera de retribuirte todo lo que em hiciste. Ante esta respuesta Roberto se sorprendió, la verdad es que creía que ese episodio de sus vidas estaba archivado y olvidado, pero ahora todos sus pecados volvían al mismo tiempo aplastándolo.
- ¿quieres decir que vas a matarme? - preguntó Roberto con la voz temblorosa.
- No papá, matarte sería como premiarte, lo que voy a hacer es comerte vivo - respondió tranquila Carolina - si te mueres no es mi problema y sinceramente no me importa.
- no estarás habalndo en serio- dijo Roberto, mientras intentaba disimular una sonrisa.
- Tan en serio como esto...
Carolina tomó un cuchillo de carnicero y corto de un tajo la oreja derecha de su padre, éste empezó a gritar como loco preso del dolor y el pánico.
- puedes gritar todo lo que quieras, estamos en una casa en medio del bosque, no hay nadie en varios kilómetros a la redonda, pero tranquilo las orejas no me gustan, son puro cartílago, sólo quería darte una pequeña muestra de lo que se te viene.
Roberto no podía creer lo que estaba pasando, miraba aterrorizado su oreja mientras su cara empezaba a dormirse.
- pero basta de palabrerí a lo que vinimos.
- no hija espera, fue sólo un desliz, perdóname, nunca quise herirte...
- pero lo hiciste
- perdóname por favor!!!- gritó roberto suplicante
- lo siento papá, pero esto no tiene reversa - Carolina sonreía mientras sostenóa un cuchillo para cortar pan frente a su padre, luego procedió a cortar un troza de abdomen... su padre esforzaba al máximo sus pulmones tratando de que alguien escuchara sus gritos.
- el abdomen es delicioso, blando y fácil de cortar, con un poco de grasa que se le saca hirviéndolo, luego se frie, un poco de sal y pimienta y listo.
Dicho esto, Carolina cortó otro troza de abdomen y luego la mejilla izquierda.
- hija por favor no sigas - dijo entre sollozos Roberto.
- está bien papá - dijo irónica Carolina, para que te des cuenta de que no estoy enojada contigo, voy a parar un momento mientras cocino estos trozos de carne, ten la amabilidad de no morirte desngrado. Carolina puso la sangre en un recipiente y salió de la habitación, su padre observava atónito.