-Disculpe mi comportamiento faraón, mi reporte indica que las minas de Sinaía fueron invadidas por los beduinos-Mis palabras parecieron tener un gran impacto en el faraón, pues este, después de meditarlo por nos segundos, manda a un esclavo a traer al general.
-!Espere faraón!
Se hace un respetuoso silencio.
-Yo quisiera dirigir esta misión-Guardo silencio de inmediato. Por un momento creó que la voz surgió de otra persona, pero fui yo quien lo dijo, observo al faraón, todos en el salón me contemplan desconcertados, pues pareciera que espere hasta el ultimo momento para llamar la atención.
-Mi faraón creo que sería la mejor decisión en enviarlo-
Empieza a caminar hacia el faraón-Después de todo, el problema no es tan grave, el podrá solucionarlo.
Miente, sabe que es un problema enorme, pero comprendo su plan…
-El faraón duda un poco, pero luego de unos segundos-Esta bien, confiaremos en ti ¡Kefren!-El faraón se acerca a mi-Celta quedas encargado para esta misión.
-Gracias señor, con su permiso me retiro-Luego de pronunciar esas palabras salgo del salón, Yami hace lo mismo.
-¿Qué pasa Celta? Porque no…
-Yami-Lo interrumpo-Necesito estar solo.
Después de tan frías palabras me retiro a los jardines del palacio, me siento a un lado del río.
No puedo apartar de mi mente las palabras que le dije a Julia. Regresan una y otra vez por mi mente, saltan de un lugar a otro en mi mente, adelantándose, deteniéndose, volviendo a empezar. La noche me sorprende antes de sacar alguna conclusión clara.
De pronto me embarga la intensa sensación de estar siendo observado. Me giro para mirar sobre mis hombros y doy un violento salto al descubrir a Julia observándome.
-¿Pero que haces aquí? –Pregunto enfadado por el susto.
-Te vi sentado, entrado en tus pensamientos, no quise molestarte.
Agacho la cabeza sin acabar de comprender ¿Qué significa eso? ¿Ha detectado mi desesperación y tristeza? ¿Por qué penetro furtivamente, sin anunciarse?
-¿Cuánto tiempo llevas aquí Julia?
-Como media hora.
-¿Sin hacer ruido? ¿Sin decir nada?
-Quise acompañarte…eso es todo.
No comprendo. Incluso me siento molesto. Más tarde entenderé que eso es una muestra del verdadero amor: Estar ahí, sin importunar, apoyar sin forzar, ofrecer energía espiritual sin obligar, interesarse en el sufrimiento del ser querido pero no intervenir en sus conclusiones de aprendizaje…(Una muestra, por cierto, de cómo seguramente Dios mismo manifiesta su amor a los hombres).
-Lo siento Julia, pero te ruego que te vayas de este lugar.
-Me interesa todo lo que te pasa.
-¿Por qué supones eso?
Me animo a mirarla. La molestia de haber sido importunado en mis elucubraciones se va tornando poco a poco en gratitud. Realmente me agrada sentirme amado, ser importante para alguien que esta dispuesto a desvelarse únicamente por hacerme compañía.
Ella se acerca a mi. Alza lentamente su mano y se la lleva a la boca para depositarme un beso suave, dulce, respetuoso. Al fin la miro de frente. Sus ojos irradian un aire de desamparo, sus mejillas se perciben ligeramente tiznadas.
-Por favor Julia, esto no puede seguir-Dudo un poco en proseguir-Lo nuestro ya termino, no lo entiendes, ¿Qué no viste como te trate?, y aun así quieres que…-No puedo seguir hablando.
-Yo no soy tu enemigo-Insistió Julia-Por favor, tenme confianza. Muéstrame como eres. No temas volverte vulnerable frente a mi.
-¿Por qué supones que sabes como me siento?
-Porque puedo. Es la ley de reciprocidad: Si yo pienso que una persona es tonta, esa persona lo percibe y piensa lo mismo de mi; si honestamente creo que otro es fantástico, ese otro lo siente y acaba pensando que yo también lo soy…Tu me conoces. ¡Te amo!, te necesito, hay una fuerza poderosa que me une a ti. También debes sentirla…no la rechaces…Solo quiero hacerte una pregunta, nunca volveré a insistir. Por lo que mas quieras en el mundo, se honesto ¿De acuerdo?
Dije que si con la vista en el suelo.
-¿Tu me amas Aros…?
Me muestro nervioso, respiró hondo y digo mi respuesta con firmeza.
-No, no te amo, solo te use para burlarme de ti, te enamore y cuando me hartaste solo te deje, sin importarme si sufrías.

Sigue en el capitulo Vl

Dedicado a Julia