Hola, ¿Cómo amaneciste?
-Muy bien, gracias a ti Aome.
Se sonroja
-Ya esta el desayuno.
-Tu siempre tan precavida.
Aome me da una sonrisa de alegría. Después de desayunar fuimos a contemplar el bello paisaje del desierto, ella y yo, todo iba bien, hasta que … Te recordé, pero como explicarlo, desde que me rescataron e tenido terribles pesadillas sobre Julia y Kefren, excepto una noche, cuando me desahogue con Aome, estoy confundido, muy confundido, pero al recordar las palabras de mi padre “Se valiente”, decido hacer algo que sabía algún dic haría, ir a ver a Julia. Al regresar a casa de Aome, le cuento a su padre, el cual decide enviar conmigo un grupo de hombres, por mi actual desventaja, Aome al escuchar eso decide ir conmigo a pesar de su padre.
El viaje a sido largo, en todo este tiempo aprendí a caminar de nuevo gracias a Aome y a Julia, quienes me inspiran. Al llegar a Egipto, no reconozco el lugar, todo a cambiado, veo más gente oprimida.
Llegamos a mi antiguo hogar, pero me asombro saber que alguien se encontraba adentro, y descubro a alguien que creía había muerto.
-¿Celta?, estas vivo-Corre y me abraza.
-Yami, yo también estoy contento de verte, pero si me sigues apretando así me mataras.
Al soltarme le presento a mis acompañantes, a los cuales saluda y agradece por traerme a salvo a Egipto.
-¿Ya se casaron?- Le pregunto
-No, será dentro de tres días.
-Perfecto, entonces llevame a ver a Julia.
-No puedo
-¿Por qué?
-Pues… voltea a ver hacia fuera, y dime que ves
Hago lo que me pide
-¿Qué pasa?, solo veo que es de noche.
-Exactamente, Julia debe estar dormida.
Yo no creía eso, pues recordaba que Julia y yo nos dormíamos hasta altas horas de la noche, observando las estrellas, hablando.
-Mejor vamos mañana, ¿Te parece?
Dije que si, aunque con muchas dudas, pero sabía que aún podía con fiar en Yami, o eso creía. Pero no podía esperar a ver a Julia a mi amor Julia.