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Categoría: Hechos Reales

Carta a la madre desaparecida ¿El tiempo lo cura todo?

La Navidad y el Año Nuevo pasaron, y tu no estás aqui como siempre.¿Cuándo lo has estado? Te fui a ver un rato atrás al cementerio, donde sólo yo sé donde te encuentras. Me hubieras regañado por ir tan tarde, pero debes saber que amo la oscuridad, mi más fiel acompañante. El mundo ha hecho ver la noche tan temible, en cambio yo le encuentro tanta paz. El cementerio de noche es bello y puedo sentir el alivio de la gente alrededor mio. Es la única manera que me sienta segura de hablarte, siento que realmente estás ahí sólo contemplando las estrellas. Hoy me acosté al lado tuyo a pesar del frío y te hablé. Te pregunté, te reclamé, te odié, y después te quize de nuevo. Quize que bebieras mis amarguras,pero me di cuenta que ya no te llegan. El veneno se queda conmigo y eso me hace ser de esta forma. No hay manera de quitarme el mal de encima. Si tan sólo tuviera lágrimas...
Yo sé que es extraño que esté mostrando algo de mi interior, aunque se lo lea al aire. Todos se imaginan como me sentí cuando falleciste, pero ahora nadie en este mundo en quien yo confíe sabe que he pensado y que pienso después de todo este tiempo.¿Te extrañé en algún punto de mi vida? Apuesto a que dirías que no. Lloré por ti 30 minutos antes de que se escuchara tu respiro final en ese cuarto frío, el cuarto de la muerte. No nos escuchaste llorar ni siquiera llegar. Estabas muerta en vida meses antes de que tu corazón dejara de latir. Cuantas veces estuve a punto de drogarme para conocer el último mundo terrenal en que estuviste, perdí la cuenta. Ese mundo que hace olvidar las personas que amas. Pues si fue para calmarte el dolor, gracias por olvidarme. Me asustabas sí. No me reconocías y querías levantarte para ir a trabajar. Yo no te podía y mi corazón se salía del pecho por miedo a que te cayeras. Esa experiencia se me quedó clavada en el pecho. ¿Las veces que te hablé me escuchabas? No importa, me conformé con esa única vez que llegé y estabas bien. Me daba miedo ir a verte, pero cuando me trataste como antes ese día yo me sentí tan contenta. Me abrazaste y yo te llevé jugo.Esa fue la última vez que te vi bien, fue la despedida. Te morirías muy pronto porque el dolor llegaría a hacerte gritar.Era mejor drogarate al máximo para que la maldita enfermedad no te volviera loca también.
Cuando esa noche llegó, etabamos orando para que te fueras luego y pararas de sufrir. Sonó el teléfono. Era para que fueramos a despedirnos. Ahí lloré con todas mis fuerzas, hasta el auto, hasta el hospicio, hasta ese cuarto. Mi hermana se sentó al lado tuyo a leerte la Biblia. Mi hermano lloró en silencio.Me despedí de ti con un beso en la mejilla ya aún estabas calientita. Me senté a observar nada y a escuchar el silencio que sólo se interrumpía con la voz de mi hermana que te leía. Y ese momento...Se detuvo el tiempo, nuestra respiracíon, la voz de mi hermana, mi corazón se aceleró, y diste un largo suspiro. Fue intenso, como si te hubieran estado estrujando la vida asegurándose de que no se escapara nada. Así el Ángel de la Muerte se llevó tu espíritu; lo sacó de la habitación, lo llevó por los pasillos del hospicio, lo liberó por el aire a la suerte que le tenía ¿Dios? preparado.
Mi hermana paró de llorar en ese momento y yo estaba observando el infinito, sintiendo tu espíritu volar. Empezé a seguirlo y terminé en una puerta que no se podía abrir. Era de madera café oscuro, gigante. No te pude alcanzar, nunca te puedo alcanzar. Me frustré y empezé a actuar como si no me importaba, pero me importó y mucho. Parte de mi se quedó prendidas en tus faldas; la alegría, mi ternura de niña, y la sonrisa sincera que tuve una vez se fueron contigo. No entré mas al cuarto esa noche, ya no estabas ahí. Eso era un cuerpo y mi madre ya no estaba.
Mi hermana llamó a la familia en Chile para avisar. Ellos estaban esperando; sin embargo, no pudiero n sujetar el teléfono. Cayeron a su asiento. Mis tíos no podían reaccionar en ese momento, era revivir las mismas sensaciones de años antes. Al describirmelo se les llenaron sus ojos de lágrimas. Su lider, su hermana ya no está y les duele. Me imagino su agonía mientras yo aqui con mi actitud seca. Pude haber llorado en sus nombres, te pude haber abrazado como ellos lo hubieran hecho, pero nada. Ya iban dos pérdidas y yo ya estaba perdiendo esa sensibilidad de niña. No es tu culpa, pero tampoco mia.
Yo ya con eso tenía claro lo que haría. Nunca más iba a querer a nadie. Me alejé de todos y no hablaba. Mi mundo era el mundo de los sueños y mis sueños eran todo lo que nunca volvería a tener; una madre, un padre, y tres hermanos. Me quedan dos hermanos, nunca tuve mi padre, y tu ya no estabas. ¿Qué más hacer? NO...matarse.
Matarse. Lo intenté sabes? Muchas veces en la soledad de mi cuarto, me corté. Me da verguenza ahora. Sangré muchas veces y esperé. Esperaba y nunca me sentía morir. Pasaba una hora y seguía ahí. Me levantaba a limpiarme y curarme para hecerlo el otro día. Que ignorante!Bueno tenía 10 años. Cuantas marcas en mis brazos. Ahora arrepentida estoy, sin embargo las ganas están ahí. Me llega a dar miedo ponerme muy triste.
No te preocupes, no me mataré. Si estoy triste bebo y ya. Mis soluciones son simples y denigrantes.¿Qué hago? No tengo respuestas. Esas respuestas las tenías tu, ahora es cuando te necesitaba. La muerte te pedía con más fuerza y me ganó. No entiendo, no sé que estoy diciendo, que estoy escribiendo,no sé que siento, no sé nada. Ayúdame, ya no quiero estar aqui. Deseo un cuerpo que me abraze y que yo no rechaze, ya no sé que es un abrazo. ¿Qué es querer? Rogar como lo hago ahora? Llevame, llevenme. Tu y ellos llevenme, por favor. No te das cuenta que ver lo bello de la vida es tener a quien amar. Se me fueron. No entiendo nada. Ya estoy triste.
Datos del Cuento
  • Autor: LovEllie
  • Código: 6951
  • Fecha: 03-02-2004
  • Categoría: Hechos Reales
  • Media: 5.82
  • Votos: 34
  • Envios: 6
  • Lecturas: 3189
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1 comentarios. Página 1 de 1
RGMO
invitado-RGMO 23-02-2004 00:00:00

Despierta y refuerza las cosas que todavía quedan; mantente despierta. Tu fama es de vida, no de muerte. Voltea y observa lo bueno. Siempre existe lo bueno; y disfruta tu soledad tanto como a tu compañía. Encuentra tu fortuna, actúa, siente, sueña, piensa, rie, canta, baila, vive, fracaza y triunfa, y cuando hagas todo esto dedica también unos segundos a sentir el tierno abrazo que tu madre siempre esta dispuesta a darte.

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