Carta abierta a Juan Andueza Guzmán.

Apreciado amigo de Valparaiso (Chile):

La labor meritoria que usted realiza de leer todos lo que publicamos, y apostillarlo con los casi siempre acertados y edificantes comentarios, al parecer no es bien aceptado por todos, pues hay alguno que pretende zaherirlo con improperios y hasta insultos personales cuando no resulta de su agrado lo que usted de buena fe y con ánimo constructivo le advierte.
Pero entre sus detractores hay uno con mente sibilina y hacer torticero que no le ataca directamente. Sino que se prevale de usurpar su nombre para enemistar a usted con todos los que públicamente reconocemos sus méritos y aquellos otros cientos de lectores que se los acreditan con su votos.
Sin ir más lejos, el pasado día treinta de abril, ese malandrín, bajo la firma de usted, hace el comentario de que cuantos aquí escribimos somos 'pura mierda', que escribimos 'porquerías' y 'borreguitos' que le 'besan el culo'.
Sólo un ser despreciable, mendaz y un tanto cerebralmente trastocado puede llegar a tales despropósitos, a los que si se atreve es escudándose en el anonimato, medio al que simplemente se acogen los cobardes y desalmados cuando lo emplean para zaherir y mortificar a quién de ningún modo se atreven a presentarse con su real personalidad.
En descargo de ese abyecto personaje, cabe agradecerle que siempre deja alguna pista para demostrar que no es usted el que firma tanta carroña como escribe, como variar la edad u omitir el país de origen. Aunque ello en absoluto haría falta, pues ninguno de los que gozamos con lo que usted escribe podemos dudar de que ese Andueza deslenguado no es más que un impertinente impostor. Pues quién ha sido capaz de crear una ficción filosófica tan hermosa y preclara como se contempla en 'Una duda razonable', mal se puede relacionar con el autor de tanto improperio y del soez lenguaje que emplea para sus desatinos.
Con todo mi afecto y reconocimiento a su meritoria labor y sentida admiración.