La fecha para este amor tan grande no hace falta.
Querida nieta mía:
Desde un lugar de Buenos Aires llamado Pompeya, hacia un lugar de Buenos Aires llamado Mar de Ajó y una distancia que para tu abuela es abismal; te escribo para comunicarte que tú, estás siempre en todos los rincones de mi espíritu. Cada mañana al despertar me pregunto: ¿Qué estará haciendo ahora mi dulce nieta? Y me pongo triste porque no obtengo respuesta. Los días y las noches se hacen largos y ni te cuento como se escapan los momentos y los instantes por debajo de la cama, algunos hicieron trampas y se metieron por entre las sábanas para que el frío no los congelara en recuerdos; otros se instalaron en el armario de la ropa, donde tengo justamente un recuerdo tuyo, que dejaste olvidado al pasar. Y los que quedaron sin lugar huyeron al balcón de la esperanza, y desde allí dicen que te van a esperar y que mientras tanto van a contar las estrellas y que al despertar apenas salga el sol, te enviaran el trinar de los pájaros para endulzar tus oídos y una canción para alegrar tu corazón. A lo mejor yo no puedo ver tu nuevo camino, pero si sentirlo, no creas que la distancia podrá hacer que tu abuela te olvide, eso, no podrá suceder jamás. Te cuento por qué no puede pasar: La abuela tiene que ocupar el lugar de la ternura en la crianza de sus nietos, y todos ellos son hijos de sus hijos, y al ser una cadena no puede perderse ningún eslabón, ellos deben cuidarse con sumo cuidado, hacerlos felices, y también ser capaces de aceptar la distancia aunque uno se sienta terriblemente inconsolable.
Los caminos de la vida son muchos, pero siempre encontramos a los seres que amamos si nos proponemos. Esto que estamos transitando es pasajero, ya vendrán días en que estemos juntas y podremos contarnos lo que estuvimos haciendo cada una, mientras esperábamos volvernos a ver. Espero, que tus estudios se agiganten para que pueda estar orgullosa de ti, y que el sendero de tu existencia te conduzca por la gloria como tú lo mereces.
Te guardo en mi corazón,
Como una joya preciada.
Y aunque tenga desazón,
Nunca serás olvidada.
Te extraña y te quiere mucho tu abuela.
Bellísimo tu cuento Amelia, lleno de ternura,tambien soy abuela y me emocionó lo tuyo a tu nieta,yo estoy disfrutando de sus 3 y 2 añitos de mis amadisimos bebes,felicidades, y compartiré contigo la dicha sublime de ser "Abu",con todo cariño,zulema P/D,yo escribí "carta a mis nietos",te invito que leas,un cariño sincero