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Casa Notarial

Tienes tanto que contar, por ejemplo, la ruma de libros contables de diversos grosores y tamaños que viste en la Casa Notarial, ubicada en el centro de la ciudad, y con varias personas arrinconadas, o sepultadas sobre papeles, libros, cajas y sellos y más sellos de todos los tamaños y colores... "Deseo legalizar unos libros", les pediste. Y no sabes cómo ni de dónde aparece uno de ellos. Es un negro. Luego, el otro, un chino, parecieran ser personajes de tinta y papel. El negro te dice que dejes los libros y que vallas a la oficina de "Caja" y canceles. Te da un recibo de pago, y vas hacia la "Caja".

Aquel lugar, es decir, el interior de la Notaría, te parece que es como estar dentro del cuerpo de un enorme gusano de concreto y viejas puertas de roble, con sus bichos, mujeres madurotas, hombres canosos y famélicos, sumergidos en esos aires densos que no dejan respirar mas que papel, sellos y tinta. Llegas a la "Caja", y ves tras una puerta de madera a dos mujeres con los dedos clavados en sus negras máquinas de escribir, y una que otra foto de su artista preferido... Les dices que deseas pagar con el recibo en la mano, y una de ellas que tiene la cara de gallina con el pico pintado de sangre te dice que esperes. Esperas, y hueles a comida, grasa, a un baño descompuesto. Allí, todo apesta. Se abre una puerta dentro del cuarto de “Caja”, es el baño… Aparece una gorda con los ojos más grandes que una foca. Te alarga su aleta y pide el recibo y tu dinero. Se los entregas. Y la foca te dice que vuelvas en dos horas por los libros legalizados y firmados por el señor notario. "¿Dónde los recojo?", le preguntas. "En el mismo lugar en donde los dejé", responde.

Sales hacia la calle para respirar, porque no deseas inhalar aquellos aires viciados ni ver aquellas mutaciones de gente. Observas una y otra persona entrando y saliendo por la puerta principal de la Casa Notarial. Observas a un anciano parado como un poste que no es nada ni hace nada, pero allí está, en la entrada, en un recodo de la maciza puerta principal de roble, vestido con un traje gris como si fuera una rata de tela, una camisa beige carcomida por sus mangas, y una chalina verde que parece una boa enroscada en su cuello. Observas que gira lentamente, casi imperceptible, su pétreo rostro no más de treinta grados, de izquierda a derecha, como si fuera un viejo faro oxidado. El anciano lleva sus manos hacia atrás, y tiene una mirada brusca, mala, como si esperase a alguien desde hace mucho, para matarle, pero este parece que no viene ni aparecerá... "Extraño viejo", piensas.

Ya en la calle, paseas y sientes andar en medio de gente apagada, como si todos caminaran con los ojos cerrados, como autómatas... Los autos que circulan por sus calles son negros, las aceras y pistas son frías y sombrías… El cielo está nublado por nubes grisáceas. Y sientes que estás en el umbral de un céntrico purgatorio... Sin embargo, puedes ver pálidas parejas jóvenes de la mano, besándose, saltando como pulgas, con los ojos lustrosos y abiertos a momentos soñados y tibios. Ves una que otra oscura tienda metida en un callejón con gente que juega a las cartas o leen arrugados periódicos, y todos, todos con los ojos cerrados, como muertos en vida, o zombis...

Después de mas de dos horas, retornas a la Casa Notarial, y ves al mismo anciano que no es nada ni hace nada, parado, como aquella misma mirada que espera matar a alguien que no viene ni vendrá... Entras, y subes por el interior del gusano de concreto y roble, y ves pulular a mujeres que parecen mutantes de carne y tinta, con las voces que resuenan al coclear de los pavos y gallinas. Subes la escalera de madera, y llegas al cuarto lleno de libros, papeles y sellos. "¡Hola!", gritas, y aparece el negro en medio de una de las montañas de libros. Le pides los tuyos, y te dice que aún falta la firma del señor Notario, y que si no puedes esperar, puedes llevárselos tu mismo... "Está bien - le dices -. ¿Dónde está el Notario?". Te dicen que es el anciano señor parado, en el recodo de la maciza puerta de roble de la entrada de la Casa Notarial...



Lima, Julio del 2005
Datos del Cuento
  • Autor: joe
  • Código: 15305
  • Fecha: 14-07-2005
  • Categoría: Sin Clasificar
  • Media: 5.56
  • Votos: 39
  • Envios: 0
  • Lecturas: 2353
  • Valoración:
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