~Han de saber ustedes que las personas que compran billetes de lotería, utilizan toda clase de sistemas para interpretar los mensajes cabalísticos que según ellos traen ocultos los números que serán premiados; los sueños son generalmente los más enigmáticos y difíciles de interpretar.
Alguien puede soñar que forma parte de una fila hacia la ventanilla de un Banco, lleva un cheque en su mano izquierda y a su lado hay otra fila de sólo tres personas que se dirigen hacia otra ventanilla; ¡NO HAY DUDA! Este sueño indica claramente que vamos a recibir dinero, pero el número del premio gordo esta oculto en los sucesos del fenómeno onírico.
El individuo soñador trata de recordar con precisión todos los detalles; recuerda que era el cuarto en una fila de siete personas, o sea que estaban tres antes y tres después de él, lo que puede significar que el primer número es el tres, luego el uno, en seguida otro tres; o sea que ya tenemos el trescientos trece, a esto le agregamos otro tres, por el número de personas en la fila de la izquierda y tenemos luego el siete , que es el número total de la fila de que forma parte el soñador, y luego diez, el número total de personas que esperan recibir dinero; no cuentan los cajeros que están en función de dar.
Tenemos entonces. Tres, uno, tres, tres, siete, diez (3- 1-3-3-7-10), pero debemos colocarlos de izquierda a derecha, porque el cheque o sea la plata lo sostenemos con la mano izquierda; entonces es 0173313; ¡HE AQUÍ EL NÚMERO GANADOR EN EL PRÓXIMO SORTEO! Comienza la odisea de tratar de encontrar el numerito, y si por milagro lo encuentra, espera con ansia la fecha del sorteo y usualmente no gana nada, pero no por esto el comprador deja de creer en las señales de la suerte; no más lamenta el no haber sido capaz de interpretar correctamente; y conversa con otros que están en su onda y les relata paso a paso cómo llegó al número equivocado; y al final, cómo debió interpretar las señales del sueño.
Hay otros que piensan que no debe esforzarse en buscar la fortuna, sino que esta lo buscará a uno; y así cuando un billetero insiste bastante, a ése le compran los numeritos, otros buscan las señales sumando los números en los tiquetes de los autobuses y hasta en el marcador del kilometraje de los vehículos; el numero que más se repite, ese es el que compran, otros pasan viendo de reojo a los vendedores de billetes como si no les interesara comprar, el billetero a pesar de ello, les ofrece billetes, pues a ese le compran.
Pero la señal cabalística más certera, es el ser escogido por un zopilote que placenteramente planea entre las nubes, y desde las alturas como un ser superior, defeca, dejando caer hacia el mundo, como una manifestación de desprecio hacia los gozos terrenales, su esencia de mierda. ¡DINERO! Y si entre los miles de habitantes de una ciudad, uno de ellos es el receptor de esa mal oliente caca, es que ese hombre ha recibido la señal de la fortuna y deberá correr buscando un billetero y comprar un billete entero, con la plena seguridad de que ganara el premio mayor.
He de contarles que yo casi gané la lotería, todavía era muy joven y desconocía todo sobre las señales, y sobre todo desconocía ¡LA GRAN SEÑAL DEL ZOPE! Así fui el elegido: me cagó el zope, fui el elegido de la gran señal, pero no compré el billete, ¡No sabía! Sólo maldije la maldita suerte de recibir el baño fecal; ahora lo sé, pero ya es muy tarde, uno sólo es elegido una vez. Con añoranza recuerdo la vez en cuando CASI GANÉ LA LOTERÍA, el día aquel en que recibí en su totalidad la señal: ¡LA GRAN SEÑAL DEL ZOPE!
¡OH, mortal sino! ¡OH dioses del Oráculo de Delfos! ¿Por qué señalas para mí siempre este negro y tortuoso destino?
Con este final, al purísimo estilo homérico, doy por concluidas mis aventuritas desde mi concepción hasta mis primeros años en la Universidad.