Buscaba entre las piedras, entre el monte la àgil serpiente que le acababa de introducir sus dos colmillos en su piel. Se sentìa mareado, pensaba que nunca iba a terminar esa bùsqueda o ese reencuentro con ella. Estaba cansado, sus ojos se oscurecìan ante lo negro de la muerte.
_____Serpiente endemoniada, me has dado duro. Tienes mi vida en un hilo.te encontrarè,
Asì pasaron dos horas. El cazador de serpientes cayò desmayado y en sus delerios veìa a esa niña que tanto querìa...su hija..la veìa que le decìa entre palabras dulces: No me dejes papà..no me dejes...Luego vio el rostro de su esposa en una lejanìa...deliraba. su respiraciòn se acortaba, sentìa que cada minuto de su vida se acortaba.
Pasò media hora y su respeiraciòn se acortaba..
Fue entonces que la recordò y còmo la conociò a distancia . Veìa su rostro cerca de èl que lo miraba con ternura y le decìa_ Cazador estoy aquì contigo...no te vayas.
Le pareciò un sueño . De repente sintiò como la misma serpiente que lo habìa herido, se deslizaba por su piel suavemente. Pasò por sus piernas, estòmago y llegò frente a èl. Su mirada no era de serpiente. Eran unos ojos dulces y vivaces que le provocaban sed de estar en ese mundo que ella proyectaba.
Sed...sed...decìa èl con palabras cortas y calladas. Esa serpiente llegò y acercò su lengua a la suya con un aliento de tranquilidad, ya no se morìa, sentìa el deseo de ella, la amaba , la deseaba. Desapareciò y fue tornàndose en ella...sì la dama panameña que conociò por internet...ya no se morìa...flotaba en el èxtasis de sus besos, de sus caricias ...
Terminaron en un ùltimo abrazo hasta volar y llegar al cielo.
Sabes .....creo que nunca me olvidaràs, pues he hecho tantos mundos contigo...estaremos distantes ..pero sigues en los personajes de mis cuentos ....Josè de mi corazòn
AIDA NIVIA ALVARADO