En la orillita del río de aguas cristalinas, paseaban los pececitos de aquí para allá entre las piedrecitas blancas que hay en el fondo.

La rana y el sapo discutían de sus cosas y las libélulas  de lindos colores volaban nerviosas. En este bonito lugar se encontraba una piedrecita blanca casi igual que todas pero un tanto especial, esta es su historia:

Chinita estaba aburrida de ver pasar siempre a los mismos peces, vecinos, la Rra.rana y el Sr.Sapo....Un día vió pasar a la Sra.Carpa.
_¡Shhhiiii! Sra.Carpa_. dijo Chinita.
_¿Qién me llama?.¿De donde sale esa vocecita?_  contestó  la Sra.Carpa mirando detenidamente el fondo.
_Soy yo Chinita, quisiera que me llevara en su boca a otro lugar para poder ver un poco de mundo_.
_¡Vaya eso está hecho!_.
La Sra.Carpa la cogió en su boca y empezó a nadar río abajo y cuando ya no pudo avanzar más, cogió aire y de un soplido bien fuerte la lanzó lejos.Chinita cayó el la orillita junto con otras piedrecitas.
_¡Hola chicas! ¿Donde estamos?_.
_¡Calla calla que vienen a recogernos!_ dijo emocionada  una de ellas.
Un piesecito menudo apareció y una manita regordeta bajó y empezó a recoger chinos que luego soltaba, cuando le llegó el turno a Chinita esta saltaba de la emoción. María miró a Chinita y exclamó:
_¡Tiene forma de corazón! , es preciosa, ¡mamá...mamá he encontrado un corazoncito blanco!_.
Así es como Chinita conoció el valor de la ilusión, la amistad y la imaginación, pués junto a María pasó buenos ratos en su bolsillo. Fué al colegio, al parque, al cine. Todo era perfecto hasta que se perdió en el asiento del dentista.Chinita estaba desolada, pero una mano fuerte y grande la cogió. Durante un tiempo estuvo en un estante con unas piedras transparentes que se llamaban preciosas, muy presumidas ellas. A Chinita la pegaron en un medallón dorado con una cadenita de oro y fué regalada a Lucía como prueba de amor._Es mi primer regalo de novia, lo llevará en el corazón_ dijo  la chica abrazando a su enamorado.
Con Lucía conoció el amor y la confianza y fue a su boda colgada del cuello. Todo era muy hermoso hasta que un día unos dedos sigilosos la robaron del nolso de lucía. Una vez más Chinita no sabía que sería de ella y descansó cuando se vió colgada del cuello de una anciana muy dulce.
_Madre, es un regalo que te hago desde el corazón_. dijo el ladronzuelo con una media sonrisa.
Con la anciana Chinita conoció el valor de la experiencia, la sabiduría y disfrutó haciendo dulces para los niños. En la orilla del río la anciana lavaba su ropa con gran esfuerzo, cuando  sin darse cuenta se enganchó el medallón y Chinita salió disparada al fondo en la arena. Allí conoció lo que es la soledad y fue lo que le hizo darse cuenta de lo mucho que hechaba de menos a sus compañeras y a sus vecinos.
_¡Oh vaya pero si es Chinita!_. dijo la Srta.Carpa que pasaba por allí.
_¡Qué alegría!¿podrás llevarme a mi casa de nuevo?_.
_Por supuesto que si pequeña_.
La Carpa cogió a Chinita en su boca y ahí van las dos camino de su hogar. Es seguro que nuestra piedrecita no se quejará más y nunca olvidará los valores que ha aprendido durante su gran viaje por el mundo. 
                                                                                           FIN