La última teoría espacial dice que el universo es finito. Que en algún momento se termina. Supongo que ahora vendrá la vieja teoría de que nuestro universo es el centro de todo lo que exista más allá.
Han descubierto planetas a 1300 años luz de acá. Clarkes, Asimovs, sigan soñando. Un día avanzaremos a velocidades imponderables para visitar humanoides. Tal vez cuando dejemos esta vida vacacionemos allá.
Hoy mi realidad está aquí. Mi universo finita en la piel. Más allá he descubierto otras pieles. No, no soy esquimal, hablo de epidermis pero no de la enferma de sensualidad, hablo de la piel sensible que contacta otras vidas, otros mundos, otros universos.
Una vez que traspuse la frontera del egoísmo, comprendí la realidad centrífuga. No todo en mi era atracción. Algo repelía. Comencé a accionar los mandos para obtener mejores resultados. Descubrí el equilibrio. Me volví interdependiente. O ya lo era?
Ah! la fuerza centrípeta! que cosa no? si solamente la tuviéramos a ella, todo se nos abatiría. Lo tendríamos todo encima, pereceríamos aplastados por nuestro egoísmo.
Eso le está sucediendo a Hawkins, perece bajo si mismo.
Es muy caro el camino al conocimiento, embrutece.
Yo creo como él que el universo es finito, tiene puesto un preservativo.
No sea cosa que fecundemos a otro universo o contagiemos de ruindad al panuniverso exterior.
Yo considero que esto va a suceder cuando algún cibermonje fanático excomulgue al Gran Latex.
Nunca faltan.