Para Cristy
Ciertamente el clima del sur no ha sido ni con mucho de mi agrado, a no ser que el sur se convierta en sur-este, es decir, Cozumel, donde no importa que a la hora de prepararme para cenar o para ir a bailar, me recuerde sus playas o mejor dicho sus arenillas hasta lo más profundo de las comisuras de mis orejas y no se diga en el pelo el cual, por cierto, últimamente luce ciertas lucecitas, o como dice Gaby; “Reflejos Cristy reflejos” ... pero de la edad ... ja, ja, ja, ¡Ah que ocurrencia de mi hija!, lo bueno es que como dice el comercial -¡Solo mi peinador lo sabe!.
Bueno pero ahora no estaba en el sueño del Caribe sino metida aquí, en “Tierra de Víboras”, claro que el nombrecito por sus raíces Nahuatls ó ¿Toltecas?, o que sé yo, le queda muuuy bien, como dentro de los Planes de todo lo que he estudiado, “Raíces” nunca formó parte de los mismos, pues el significado de ciertas palabras pues andaba por ahí de menos cero. Y no por falta de cultura, es más no lo ligo con lo más mínimo con la cultura. Bueno considero que cada uno tenemos nuestra propia cultura. Y al menos en mi estaba ligada con el desarrollo socio-ecológico de los grupos vivientes tomando y analizando como el conjunto de entes de igual o similar condición y que por cierto se llegan a entender bastante bien aunque no lo representen o al menos muestren abiertamente. ... ¿Que rollo es este?, ... no sé, ni yo lo entendí.
Ensimismada en mis propios pensamientos gozaba al través del ventanal del departamento donde nos alojábamos Norsi y yo, a la sazón a la orilla del mar ubicada sobre un peñasco desde donde se divisaban varias millas mar adentro y parte de la bocana del río con sus escolleras y faros de señalización de estribor y de babor o sea la derecha y la izquierda, aunque no sé de qué porque cuando un barco navega río arriba su estribor es el babor del río y cuando ... ¡siempre me hago bolas!, mejor ahí lo dejo.
Bueno más adecuado sería decir que estaba en el último piso de un edificio de cuatro pisos, pero para fines de imaginación los tres pisos hacia abajo, para mi representaban eso, un peñasco, donde en estas épocas del año el mar rompía en alba espuma con la furia que combinaba viento, agua y rocas.
El hogar chisporroteaba y dejaba escapar una que otra pavesa, que saltaba fuera de la chimenea ... ¿? ... ¿chimenea? ... ¿acaso estoy loca?, aquí donde tres días al año usábamos chamarra por el infernal calor comparable solo con Macondo, ese pueblo donde se desarrollan casi todas las novelas de García Marquez, ... no cabe duda, ¡Estoy Loca! ... ¡Aquí no hay chimeneas, no las necesitan ... bueno ... ¡ni las conocen!.
Pero ahí está, con sus leños chirriando y su grato calor.
Estoy sola, Norsi tuvo que salir a una de sus dichosas “Visitas de Obra” fue a supervisar la construcción de un puente, él es especialista en puentes, de siempre le ha fascinado el construirlos y no tanto el diseñarlos, dice que es diferente, yo noto que goza tanto su trabajo, al grado de olvidarse de mi, bueno eso pienso aunque no estoy muy segura de ello.
Pues como no tenía idea del lugar donde iba a llegar prefirió que me quedase en el paradisíaco Coatzacoalcos. Hoy por la mañana fui con mis amigas a una exposición ganadera, no es muy de mi gusto, ¿no será por aquello de los cuernos?, ¡Bah qué pienso!, bueno el echo es que por la restricción de lugares de interés para visitar nos hacen aceptar o planear visitas a lugares que en la ciudad nunca se nos ocurrirían. Estoy pensando en el Garañón que presentaron en la subasta por la tarde. Es una lástima pero, creo que nunca lo podré obtener, aunque fue presentado como un magnifico semental “Pie de Raza”, no tengo dónde cuidarlo y lo más importante, mis gastos están enfocados actualmente al reacondicionamiento del automóvil y de la casa misma y además ahorrando “como avaros” ya que en los planes próximos esta un viaje por el viejo continente, ¡Ah, París, Venecia, Roma y ...!, ¡despierta, despierta!.
¿Y sí lo comparto?, bien puede ser la solución ... ¡Estoy loca! ... caballos, chimenea, ... y en el fuego un sobre que no se consume. cierto, no se consume.
-Esto es brujería.
Gran estruendo se deja escuchar, el viento proveniente de mar adentro abre la ventana y con una mezcla de brisa y sinfónicos movimientos, abate las llamas en el hogar de la chimenea. Puedo agarrar el sobre, tiene algo adentro, no puedo abrirlo, me levanto, estoy nerviosa.
Por aquí dejo Norsi una cajetilla de cigarros, ... ¿cigarros?, pero sí yo nunca he fumado y Norsi tampoco fuma, ¡al diablo todo!, ya no sé ni lo que digo.
Un estruendo me distrae y olvido mis locos pensamientos, cierro la ventana no sin antes mojarme hasta la médula ...¿? ... el sobre no está mojado ... que raro ... pero tendré que cambiarme todo, todo, todo ... ¿dónde he oído eso?, ¡Ah! es una canción que le gusta mucho a Norsi y que canta Daniela Romo o Cromo como él le dice.
Mecánicamente jalo ropa, un pantalón negro, que me queda un poquito largo ya que es de una de mis amigas, o lo que es lo mismo ... “El difunto era más grande”, cómo dice cierta persona, tomo un suéter negro, mis botas ¡ah! son tipo vaqueras, así las escogió, ¿quién creen?, ¡claro! Norsi, ya que yo quiero aparentar un poquito más de estatura, pero él me dice que son más propias para caminar por estos parajes y que sobre todo dejo de ser una amenaza con los tacones de punta de las zapatillas que normalmente uso, ... por cierto también son negras.
En todo este tiempo no he podido abrir el sobre pero, tampoco lo he soltado. Pienso en el Garañón, ¿por qué?, no lo sé.
Mandé a servicio el auto pero Norsi me prestó el suyo, La verdad que sin diferenciar persona y automóvil, este está mucho mejor que aquel. Bueno Norsi no es el prototipo del ejemplar que saldrá alguna vez como modelo en la portada de alguna revista, o en “Sólo para Mujeres”, sin embargo y a pesar de que llevamos mucho tiempo de conocernos y de ser ... ¿pareja?, ¿amigos?, ¿amantes?, ¿compañeros? ... sería algo difícil de describir. Podría jurar como en alguna ocasión he visto que sus ojos adquieren un raro brillo opaco, ¿?, si, ¡es cierto!.
Norsi tiene, como él dice, por oficio el de constructor y ahora recuerdo que cuando he visto esa mirada es porque ha estado construyendo, ¡claro! ... un puente.
Alguna vez me comentó que con el puente no necesitaba volar para poder pararse en una cierta altura seguro que no lo tildarían de loco.
-Es ... algo así como ... magia, vamos ... como brujería.- Decía emocionado.
Tengo que revisar la gasolina ... ¿gasolina? ... ¿dónde estoy?.
Estoy en carretera guiando el auto de Norsi hacia no sé donde. Instintivamente me detengo en la primera gasolinera que encuentro. Entro en el área de servicio, no hay quién atienda, ¿qué raro?, es de noche, mejor dicho, está oscuro pero, no es tan tarde ... observo el tablero ... el marcador de la gasolina indica que está ¡lleno! ... que raro. A veinte metros hay una tienda, voy a preguntar por el despachador, ahí debe de estar, la luz de las bombas están encendidas y las mangueras de despacho no están enroscadas como víboras alrededor de la propia bomba, signo sin duda de que han dejado de despachar el preciado y carísimo fluido combustible que hace entre otras cosas, mantener en movimiento a nuestros vehículos.
Bajo del auto, entro en la tienda, una dependiente ordena al fondo no sé que cosas.
- Buenas tardes, necesito ...
- Sé que necesitas.
- ¿?
- ¡Toma! -. Larga la mano y .. me da una boina ...
- ¿Una boina?
- Shhh, es lo que necesitas, aunque no es largo, no debes traer el pelo suelto.
- ¿?, Bueno, ... ¿cuánto es?.
- Lo que necesitas no tiene precio.
Inclino un poco la cabeza para ponerme la boina, busco en mi bolsa el monedero y cuando me yergo, .... la mujer, no está.
- ¿?
Salgo, veo el auto de Norsi ... ¡negro!, el auto es negro, me acomodo la boina, yo nunca he usado boina, y veo que ... ¡es negra!.
No tengo miedo, pero ... mejor subo al auto, aquí me siento más segura, más protegida. Norsi siempre me ha hecho sentir así. Enciendo el motor y pongo en marcha el auto.
- ¡Ponté el cinturón!, me habría dicho Norsi, ... ¿dicho?, no él no dice, ¡él ordena! bueno me lo hubiera ordenado pero yo ... pues me lo habría puesto.
Sigo guiando, el clima es agradable, no necesito del clima artificial, ¡Que magnifica sensación!.
Guío más de una hora, van a dar las nueve de la noche, la hora mágica, ... ¿la qué? ... ¡estoy loca!.
Dejo una serie de curvas y entro en un puente, ¿no lo habrá construido Norsi?, no lo dudo. Este puente es propiamente la puerta de del pueblo al que arribo. Estoy en ... ¡Catemaco!.
Me doy cuenta que no guío el auto si no que es todo lo contrario, me lleva a donde quiere. ¿Qué es esto?, - ¡Dios mío las cosas se parecen a su dueño!. Atravesamos el pueblo, bueno el auto y yo nos dirigimos a ... Nanciyaga ... ¿?.
Bajo del auto, la hojarasca truena a mi paso, no hay luz, pero no la necesito para ver, sé dónde voy, dónde piso.
El viento es fresco, pero no frío, camino como un kilómetro más o menos y llego a un claro en el bosque cómo de unos cincuenta metros, redondo, plano e iluminado por antorchas colocadas exprofeso atrás de cada una de las personas que ahí se encuentran formando una herradura.
- ¿Qué es esto? ... ¿Dónde estoy?.
- Que bueno que llegas, creí que faltarías a nuestra junta anual.
- ¿Junta anual?
- Si recuerda que cada veinticuatro de Julio nos reunimos aquí en el Centro de Atracción Metafísica y Núcleo de la Percepción Extrasensorial para invocar a nuestros personales ancestros para los que hemos reencarnado y así hemos continuado la misión que se nos ha encomendado desde el principio de los tiempos, antes de la luz o de cualquier sonido.
Nunca he visto a las personas que están aquí, sin embargo, tengo la sensación de que las conozco a todas o que todas me conocen, si todas son mujeres, algo tenemos en común pero no acierto a saber qué es. De algunas tengo referencias cibernéticas, las he visto en el chat muy cerca de Norsi, de otras, alguien me ha platicado o algunas se parecen a ... ¡a mis compañeras del Colegio y de la oficina! ... ¿qué será eso común qué tenemos todas las ahí reunidas?.
Van a dar las diez, todas comienzan a moverse cómo si oscilaran en un sólo punto sobre sus pies juntos. No acierto que hacer.
Una ráfaga de viento me arrebata la boina al momento que en la cabecera de aquella formación aparece ... ¡Norsi!, todo vestido de negro, en los ojos su característico brillo opaco y su ya famoso gesto adusto, con el entre cejo fruncido y mirándonos a todas sin voltear a vernos solo con un ligero, pausado, calculado y gélido movimiento de los ojos.
En ese instante me volteo a recoger la boina cuando se oye una grave y cavernosa voz que retumba hasta inquietar a los cocodrilos que ya deberían estar dormidos a esa hora.
- ¡Bienvenidas a su Aquelarre Anual, mis queridisimas brujas!.
Voltea hacía mi y me espeta ... -¡No te distraigas Cristy!, ... ¡ Cristy!
... - Cristy, Cristy, despierta, ya llegamos ... Es Norsi que ha conducido propiamente sin mi compañía las dos últimas horas antes de llegar a la Capital.
- ¿Qué pasó dormilona?, ... ¡Ya llegamos!. Que bueno que conseguimos hacer este puentecito de fin de año, así podremos visitar a la familia, y celebrar la Navidad con los hijos, ¿no crees?.
¿Ya despertaste?.
- ¿?.
Norsi