CAPÍTULO 5.
LAS CONSECUENCIAS DE HABER TOMADO UNA DECISIÓN SUMAMENTE ERRADA
Llegó la noche y comenzó la tragedia. Empezó a moverse la copa y ésta señalaba las mismas letras del día lunes, que reunidas formaban la palabra en latín que traducida al español, significaba muerte.
David al ver la palabra se puso nervioso y sin darse cuenta volcó el agua bendita, que les daba protección, con el codo. María le había dicho que tuviera cuidado, pero David no oyó. Luego de eso se apagaron las luces como la vez pasada, pero ellos ya habían preparado unas velas, por si acaso; así que las encendieron.
Pasó un rato y otra vez apareció aquella palabra tan atemorizaste y en ese mismo instante, las velas se apagaron; trataron de encenderlas, pero los fósforos no se prendían, gastaron varios de ellos y éstos nada que se encendían. Ya en la oscuridad, se escucharon pasos, que se acercaban a ellos e inmediatamente de eso, se sacudió la mesa bruscamente, en señal de atrevimiento; todos se asombraron y quisieron gritar de pánico, pero las voces no les salían, fue cuando entendieron, que tratar con espíritus no era un juego.
Cuando regresó la luz, Lucía tenía un pequeño tajo en su cuello y por supuesto, todos lo tomaron como una amenaza.
La herida no era muy profunda, pero aún así botaba bastante sangre, que supieron detener enseguida, con un pañuelo que oprimía su cuello.
De repente se produjo en el lugar, una brisa fuerte y Carlos extrañado exclamó:
_ ¡Que raro! ¿Corriendo brisa en el sótano? ¡Esto no me está gustando!.
Con todo esto, David abrazó la Biblia para coger valor, pero ésta se incendió y éste asustado la dejó caer al suelo. Alberto al ver lo sucedido con David; tomó su cadenita, que estaba en la mesa cumpliendo el papel de cruz, y gritó desesperado:
_ ¡Huyamos!.
Cuando todos se levantaron de sus sillas, alejándose de la mesa donde estaba el tablero; en plan de huida, la copa estalló en mil pedazos.
_ ¡Oh no!- gritó aterrorizada Lucía_ ¡Estamos condenados! Dicen que cuando la copa se rompe el espíritu mata a cada uno de los integrantes del juego, sin piedad alguna.
Por otro lado, Daniela estaba durmiendo en su habitación, cuando un mal presentimiento la hizo despertar. Sin perder tiempo y así en bata como se encontraba se dirigió hacia el sótano, donde aún se hallaban sus hermanos. Mientras tantos los otros corrieron hacia la puerta de salida para huir de ese espantoso lugar, pero ésta se trancó; le dieron de golpes y no se abrió. Alberto buscó la escoba que siempre su madre utilizaba para limpiar el sótano y cuando la encontró le dejó sólo el palo, para hacer palanca con él, pero éste inexplicablemente se calentó en sus manos y tuvo que soltarlo. Todos se dieron cuenta lo que le ocurrió a Alberto con el palo porque empezó a echar humo cuando comenzó a quemarse.
Carlos desesperado empezó a azotar su cuerpo contra la puerta, pero fue inútil. Alejandra, ya pesimista comentó casi llorando:
_ ¡Todos vamos a morir aquí!.
Pero una voz, que se oía desde el otro lado de la puerta fue quien le replicó:
_ ¡No, nadie se va a morir aquí!.
Esta voz, era de Daniela que había llegado justo a tiempo para sacarlos, pues parece ser que el espíritu había trancado la puerta, utilizando la traba que se encontraba del lado de afuera, donde se hallaba ésta, así que sólo tuvo que sacar la traba para que pudieran salir de allí.
Una vez todos fuera, decidieron que no era seguro que cada cual durmiera en sus habitaciones y por eso hicieron una pijamada en la habitación de Carlos, que era la más amplia.
En esa misma noche, le contaron a Daniela, todo lo sucedido en el sótano, ella luego de escuchar lo ocurrido sólo se limitó a decir, muy abatida:
_ Sabía que algo malo sucedería esta noche.
Ninguno pudo dormir esa noche, pues tenían miedo, debido al comentario hecho por Lucía, en el momento en que la copa se rompió. ¿Estarían verdaderamente en peligro?
PD: EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO TENDRÁN EL FINAL.
gracias nathalie por haber sacado la 5 parte a ver que te parece mi historia de la fabrica