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Cuentan que había una vez cuatro duendes que no tenían otra forma de ganarse el sustento que salir cada madrugada bien temprano a pescar. Esto se les daba muy mal, porque les era muy difícil dado su tamaño, pero aun así le ponían tanto empeño, que siempre obtenían lo indispensable para vivir.
Un día les tocó la dicha y la fortuna premió el sacrificio y esfuerzo con el que habían afrontado la vida.
De esta forma en la mañana uno de los cuatro duendes, el de color azul, halló una pareja de lindos pájaros a los que construyó un nido y empezó a atender con igual esmero que con el que pescaba.
Los pájaros y el duende azul trabaron tal amistad, que la pequeña criatura nunca en su vida sabría lo que era la soledad y el no tener amigos, pues las aves siempre estuvieron ahí para él.
Ese mismo día, otro de los duendes encontró una cuchara mágica, con la que podía cocinar cuánta comida quisiese. Toda le salía rica, y para hacerla no necesitaba de comprar comida.
Gracias a este hallazgo los cuatro duendes no tuvieron que ir a pescar más, y nunca pasaron hambre. Por ello cuidaban con esmero la cuchara, sobre todo aquel que la había encontrado.
Otro duende, Antenitas, que era la mujer, halló la pareja de sus botas preferidas, que había perdido hacía muchos años en el mar, mientras pescaban. Con su bello calzado de regreso Antenitas volvió a deslumbrar a todos con su belleza y buen gusto al vestir y calzar, razón por la que siempre fue admirada y complacida.
Y por último el cuarto duende, el más gordito y glotón, encontró un bichito de luz con el que iluminaba la vivienda cada noche, incluso en las más oscuras. Por ello cada día lo cuidaba y sacaba a pasear con esmero, al igual que sus compañeros hacían con el resto de las pertenencias con las que la vida los había premiado por tanto esfuerzo y laboriosidad.
Por todo ello, los cuatro duendes que pescaban, fueron realmente felices por el resto de sus días. Su lección de vida y lo que aprendieron de ellos los demás es que la fortuna es amiga de la perseverancia, la responsabilidad y el esfuerzo.
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