MI LADO OSCURO
De nuevo estoy aquí, frente a él, frente al espejo...
frente a mí.
Ayer tuve un sueño, ese sueño, el mismo sueño.
Un sueño que me atormenta,
que me hace estremecer cada poro de la piel,
que oprime mi corazón de angustia y terror...
un inmenso terror.
Hoy desperté de nuevo sudando, temblando.
Caminé hasta la puerta del cuarto y respiré,
el sueño había terminado y podía sentir el sol,
ese sol que entra por la ventana cada mañana.
Salí a la cochera y recogí el diario.
La anciana Madison me mira desde la acera,
haciendo muecas mientras me observa,
nunca le he caído bien, pero eso no me importa.
-Es hora de mi vida normal- me dije.
Tomé un baño y luego salí a trabajar.
En la oficina todo era igual que siempre,
fastidiosamente igual.
El señor Regan parloteando sobre las graficas,
Ginger chismeando con las otras secretarias,
personas entrando y saliendo a cada segundo,
lo dicho, fastidiosamente igual que todos los días.
Vi el reloj cuando sonaron las siete
ese viejo reloj de pared repiqueteando la hora,
anunciando la salida como si fuese una orden,
orden que tdos acataban al instante.
Pero yo odiaba esa hora,
no era solamente la hora de salida del trabajo,
era tambien la hora de salida de mi tranquilidad.
Era definitivamente una hora que aborrecía.
Es cierto que la oficina me parecía tediosa,
pero sabía que en cuanto saliera de ahí comenzaría...¿que comenzaría?
ni siquiera sé lo que es
pero comenzaría lenta y dolorosamente.
La caminata me despeja un poco la mente.
me hace no pensar tanto en "eso"
así que siempre regreso caminando.
mi casa no está tan lejos.
Me dispongo a cruzar el primer callejón,
la noche ya se empieza a hacer notar,
eso me da miedo,
sí que me da miedo.
Al cruzar el segundo callejón la noche estaba ahí
negra, poderosamente negra.
El corazón me late frenéticamente,
¡Ya se está aproximando, ya viene!
Debí haber perdido tiempo en Simmons street,
esa calle es muy transitada.
Siempre había llegado a casa antes de que...
comenzara.
Corrí de inmediato,
el dolor dió inicio,
afortunadamente estaba ya en Habbin street,
mi casa está al cruzar.
Apenas logré entrar, cerré la puerta de golpe.
El dolor es insoportable,
Ya está aquí dispuesto a salir,
y no podré evitarlo.
A duras penas llegué al cuarto,
el terror me invade, ya siento mi piel arder
y él está ahí observándome desde el espejo,
lanzándome sus miradas de monstruo.
Siento como mis músculos se contorsionan,
mi piel sigue ardiendo,
mi vista se nubla,
he caido al suelo.
Abrí los ojos, sus ojos,
me encuentro en la calle, ahora comienza lo peor
ya no soy yo, soy él, soy...
el monstruo.
Veo pasar a una pareja a lo lejos,
entre la negra noche,
corro hacia ellos con sus horribles patas,
con las patas de mi lado oscuro.
Fué fácil llegar hasta ellos,
en un instante me econtraba sobre ellos,
asesinándolos con crueldad
con mis garras de monstruo.
Vi el horror en sus rostros,
con mis ojos de monstruo.
Murieron ante mí dos personas inocentes,
y reí con mi hocico de monstruo.
Debo confesar que siento un cierto placer,
un sabor exquisito al devorarlos,
cuando llegan a mis entrañas,
hasta las entrañas de mi lado oscuro.
Las primeras veces solo sentía dolor,
terror y asco por lo que hacía,
pero era inevitable que lo hiciera,
y creo que me estoy acostumbrando.
Me han visto, escucho voces que se acercan,
es hora de huir.
Me encuentro satisfecho así que regreso a casa,
la ventana de siempre se encuentra abierta.
Un -¿Quien anda ahí? se escuchó mientras entraba
es la voz vieja de la anciana Madison,
la puerta trasera de su casa da a mi patio,
ignoro la carrasposa voz y entro por la ventana.
Estoy cansado, no sé que hora es.
La piel comienza a arderme,
mi piel de monstruo va a romperse,
dejará al descubierto mi verdadera piel.
El dolor comienza con intensidad,
mi hocico de monstruo se achata,
la vista nublada se presenta.
Finalmente el dolor me hace quedar inconsciente.
He despertado igual que todas las mañanas,
temblando y bañado en sudor.
Caminé hasta la puerta y luego me dí un baño
-es hora de mi vida normal-
Llegué temprano al trabajo, lo mismo de siempre.
Regan reprimiendo a los trabajadores,
las secretarias chismeando, hablan de eso...
"las muertes horrendas que han acontecido"
De momento siento remordimiento,
pero sé que no puedo luchar contra eso,
contra mí,
contra el monstruo.
Sin embargo mi mente reflexiona,
al llegar las siete volverá como siempre,
me alimentaré con mi hocico de monstruo,
quizá esta noche sea con esa vieja Madison.
"Mi Lado Oscuro" Aut: Mago C. Soto
Copyrigth © Mexico 2004
Quiero felicitarte por ese singular estilo de narrar la historia,muy bueno,al igual la historia...espero k escribas + cuentos de este tipo.