¿Qué paso con la iglesia? Pregunté. Era el año 2100. La tercera iglesia del nazareno de Tuxtla Gutierrez, Chiapas, era ya un club de gente millonaria. Empezaron metiendo a tantas personas Inconversas y de doble moral, que lentamente se fue desdibujando del panorama. Si a esto le sumamos que llego un momento en que comenzaron a tener tanto dinero que se creyó la madre de todas las iglesias del movimiento de Santidad. Ahí se organizaban los concilios y era el edificio más importante y lujoso de la denominación. Su poder fue inmenso que obnubilo a las otras iglesias locales. Razón por lo cual empezó el canibalismo denominaciónal. Hasta el grado de que la lujosísima iglesia se independizo políticamente de las nazarenas. Era la única iglesia que contaba con un gran estacionamiento. Para seguir extendiéndose empezaron a expropiar varias propiedades alrededor de su área. Esto con la ayuda de sus hermanos de la fe que se habían metido a la polaca. Pero cuando llegue a ese futuro ignoraba todos estos datos. Fui en una maquina del tiempo hecha por el doctor Cientichif, para ver como mi amada Denominación Nazarena había progresado en el futuro. Pero lo que me encontré ahí fue algo espantoso y dantesco. – No ha pasado nada? Me contesto uno de los miembros de aquella congregación. Aquel hombre me hacía recordar al buen Ismael Orantes. Uno de mis hermanos de la fe que amaba profundamente a su denominación. Con la excepción que este señor del futuro no tiene lentes, aunque es anciano y de piel blanca como mi conocido. Aquel hombre estaba de ujier en la puerta. Pero era un ujier diferente a todos los que conocí en el pasado. Ya que portaba una diadema y un complicado traje de seguridad. Más que ujier parecía policía y no me equivoque al calificarlo así. Hablo en claves por su diadema y después me puso una mano en los hombros. – Me informan que no puede pasar, tiene que tener un pase electrónico. O venir con una tarjeta de gente invitada formada por algunos de los miembros de este distinguido lugar. Sino porta usted esto le suplico se retire. Creí que la Casa de Dios estaba abierta para todo el mundo. Pero estas basuras de personas han segregado a su denominación. A mis espaldas aparecieron 2 tipos. Te vamos a dar para atrás para que camines por delante si no te vas de este sitio, fue la cruda respuesta que recibí. Mientras llegaba a la salida un hombre gordo y de lentes se cruzo conmigo. – No puede ser el que va ahí es mi hermano Pablo Salazar Mendiguchia y sus hermanitos, Cléber, Roldan, Joel, Jonathan, entre otros. ¿ Como es posible que hayan vivido tantos siglos?. Lo que yo ignoraba es que aquellas personas no eran quienes pensaba. Sino eran reencarnaciones de aquellos seres del pasado. – No me toques infeliz, ahora me tengo que lavar la ropa, ya que tus microbios de plebeyo me mancharon mi camisa de finísimo tejido de lino fino. Fueron las palabras de Pablo Salazar o de quien creí que lo era; cuando intente saludarlo. Inmediatamente los que me acompañaban sacaron una pistola. Creí que había llegado mi último minuto en este universo. Que iba yo a morir muy lejos de mi época y en manos de gente de mi denominación. A los cuales yo tantas veces defendí a capa y espada. Sobre todo a los Salazar cuando en el periódico Cuarto Poder se desato una campaña contra muchos miembros de su gabinete que iban a mi iglesia. Gandarra Gallardo. Rubén Velásquez, el fray poblano, Muench Navarro, y de muchos recomendados de papa Gobierno, quien en aquel entonces era encabezado por Pablito Salazar. Quienes al amparo de Dios saquearon a mi pobre estado. A pesar que las pruebas eran irrefutables, me cegó más mi religiosidad. Porque yo si en verdad era un nazareno de antigua casta fiel a los principios y estatutos que los ungidos imponían desde su seminario clandestino. Si clandestino porque ni siquiera había un letrero, a lo mejor no lo pusieron para evitar pagar impuesto. Ya que si parecía una casa, no iban a pagar lo que normalmente pagaría una escuela. Pero en ese tiempo nadie hizo nada. Freddy Arreola, Eduardito Duque entre otros ungidos comenzaron a consentir a su feligresía. Vaya que lo hicieron tanto que hasta personas inmorales llegaron a estar al frente de la iglesia. Eso era un secreto a voces y el sistema se beneficio mucho con las aportaciones millonarias que estos realizaban. Había miembros que tenía cantinas y bares, casas de juego o de maquinitas, negocios que no son bien vistos por Dios. O daban rentado sus casas a clínicas de masaje o como Doña Sarita que tenía un deposito de cerveza en su propiedad. De estos lupanares diabólicos salía el diezmo y las ofrendas. Habría que ver a los jóvenes y a los Presidentes de La JNI de la tercera Iglesia. Saliendo bien borrachos de fiestas mundanas. Algunos casándose con yugo desigual. Aquellos pensamientos fueron interrumpidos cuando sentí en mi cuerpo una potente descarga electrica, proveniente de aquellas pistolas con las cuales me habían apuntado. Empecé a retorcerme de dolor. Los que creí que eran Jonathan y Cléber comenzaron a reírse. Lo hicieron también sus hijos el que en mi época se llamaba Memito Salazar y en esta otra tenía otro nombre y otro apellido aunque eran de la misma familia. El dolor fue tan desgarrador que quede tirado en el suelo sin conocimientos. A ese grado de denigración moral había llegado mi amada iglesia. ¿Como Había pasado eso? Me pregunté. En cuanto me levante todo aturdido. Las respuestas no se encontraban en aquel tiempo futuro sino en el pasado. Mire a mi alrededor para descubrir que ya no me encontraba en la calle. Sino un alma piadosa me había recogido. Mis ojos se toparon con un rostro moreno. Era la figura de Evan Douglas Taylor. Así se llamaba en aquel tiempo. Ya que este muchacho era la reencarnación de un siervo de buen testimonio que conocí en el pasado. Antonio Cruz Acevedo. ¿ Se siente usted bien? ¿ Que hacía tirado en la calle? Estaba cerca del templo del cual tanto odiamos. Porque nuestros antepasados les fue quitado sui propiedad. Y nos salieron pagando una miseria por expropiar nuestra casa. Tanto daño. No podia dar credito a lo que escuchaba Antonio Cruz Acevedo refiriendose de esa manera a la iglesia que tanto amaba. ¿ Como puedes hablar de esa manera de tu religión? Si eras tpu quien mas lo defendia. Recuerdo que cuando te bajaron del ministerio de la música, aún así no te saliste de tu iglesia Antonio. Fue la respuesta que le di. – Usted me confunde señor, Yo ni siquiera se que es Nazareno. A lo mejor una nueva denominación. Aunque lo dudo los G34, no aceptarían que se formara una nueva ideología.
Esta historia continuara……….
Todavia no termino de entender esa clase de personas que solo esperan que los demas hagan algo notable para hacerles criticas llenas de odio y mardad sin razon o motivo, solo espero que Joe entienda que no vivimos en el paraiso y que ese clase de personas segiran existiendo todavia... un abraso continua asi Joe.