Hace ya mucho tiempo que pasó esa historia, algunos dicen que es cierto pero nunca se sabrá si pasó de verdad.

Hace mucho tiempo, en un pueblecitoo de Brasil, vivia un niño con su abuela. Flavio, así se llamaba el niño, era un niño normal y muy alegre. Una noche Flavio tuvo una pesadilla y su abuela, como oia como padecia, decidió ir a ver si lo calmaba un poco. Cuando entró en la habitación de su nieto, vio que todos los muebles estaban flotando misteriosamente por el aire. Las mantas que tapaban a Flavio, de repente, quedaron colgadas en el aire, sin que nadie las aguantara. La abuela decidió ir a coger a su nieto per, al intenterse acercar, una fuerza invisible la despidió contra la pared. Flavio era como si estuviese luchando contra si mismo y con todo ese jaleo el niño pronunció unas palabras: nunca volverás a dormir. De repente todo cayó al suelo ytodo volvió a su sitio habitual, como si no hubiera pasado nada. Flavio volvió a dormir placidamente. Al dia siguiente el niño no recordaba nada de lo sucedido. Aquella noche la abuela se tumbó en su cama y al intentar apagar la vela de un soplo, la llama en vez de apagarse hacia lo contrario. La señora, al ver que si seguia podia incendiar la casa, decidió no apagar la vela. De repente, la vela cayó al suelo y se fue rumbo al campo y seguida de ella todos los objetos de la casa. Lo sorprendente fue que no se incendió nada. Ya hacia unos dias y la abuela no podia pegar ojo, las palabras que pronunció el niño aquella noche se estaban cumpliendo. Cada noche la abuela veia desfilar a ritmo de samba el candelabro y detrás de él los objetos de la casa. Decidió huir de aquél pueblo dejando a Flabio a cuidado de un matrimono. Pero nunca consiguió conciliar el sueño. La última noche de vida de la abuela comprendió las palabras que salieron de la boca de Flavio: Hace siete años, una noche, ella oyó como su hijo y su nuera gritaban, decidió no ir a ver lo que pasaba. La mañana siguiente los padres deFlavio habian muerto abrasados por un incendio producido por la llama de la vela. Por suerte Flavio solo se quemó la mano ya que un campesino fue a salvarlo.
Flavio fue a apagar la vela de la mesilla del hospital y, justo cuando se apagó, también se apagó la vida de la anciana. En este instante Flavio tuvo convulsiones y pronunció unas palabras: por fin has apagado la vela que abrasó a mis padres, la misma que va a hacer que te quemes en el infierno. Después de estas palabras, los candelabros de la habitación se encendieron con una llama que llegó hasta el techo y que volvió a apagarse unos segundos después. Nunca Flabio volvió a tener pesadillas y nunca se enteró de lo que ocurria mientras dormía.