Vale la pena renacer desde los infiernos para endulzar mi alma con el corazón de mi princesa, fui condenado sin juicio previo entre torturas mesiánicas inquisidoras por la muchedumbre hambrienta.
Me tomaron por muerto, hasta yo pensé que lo estaba, sino fuera por las ratas que laceraban mi cuerpo esta historia jamás sería contada.
El dolor me indicaba que estaba vivo; me hacía más fuerte en cada dentellada que desfiguraba mi rostro.
Mi sed de venganza es infinita. Un pueblo enterrado en la ignorancia juzgando mis actos beligerantes solo por ser un poeta soñador, un trovador -dicen- sin futuro por haber tenido la osadía de regalarle a la princesa un anillo, una piedra con nuestros nombres tallados y mi declaración de amor infinito.
Ambicionar un amor que en las sagradas escrituras fue escrito no es un pecado. ¿ A quién daño?.
No soy responsable si mi linaje no pertenece al árbol genealógico de la realeza, soy un simple mortal del vulgo, me enamoré de la hija del rey que puso precio a mi cabeza.
Ella esta ahí encerrada en su habitación, esperando por mí para ser rescatada.
En esta difícil lucha de recuperarla nada me detiene, le prometí amor y lealtad, no huiré combatiré a muerte así mi vida se pierda.
Solo debo subir 207 escalones entre las cumbres borrascosas que son las que separan la vida de la muerte. En cada uno dejaré mi sangre, no miraré hacia atrás, el objetivo es liberarla y unir nuestras almas eternamente.
Demasiados guardias vigilan las torres del castillo, 207 escalones y la libertad de un amor que fue esclavizado a incinerarse en el exilio.
No poseo caballos, ni tierras, ni riquezas.Tengo mi fuerza interior y mi poesía versada solo para cantársela en noches de luna a ella.
Rescatarla de los infieles es toda una proeza. 207 escalones. Solo llegue hasta el número 50. Demasiadas muertes en mi camino usando tan solo mis manos, sin escudos ni espadas, solo mi instinto guerrero y el ímpetu de escapar juntos tratando de cambiar el futuro.
Está anocheciendo, la niebla es espesa, las antorchas iluminan el castillo. El peligro es inminente, no puedo retroceder, estoy jugado. Mientras esté de pie venceré mis miedos; es la única forma de ganarle esta batalla a la muerte. Vivir el presente y enterrar el pasado.

EURIDICE
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS