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Críspula y el hechizo codificado 3

Para ti Eddy García y para ti Crystal I que tanto me habéis animado.

(Críspula y los niños tratan de idear un plan)
CRÍSPULA.- Bueno, chicos. Vamos a ver que hacemos. Tengo que deciros que nos estamos metiendo en un asunto muy peligroso. Ya veis que esos están dispuestos a todo. Incluso a… (Lo dice horrorizada) matar.
JUAN.- Pero a nosotros no nos puede pasar nada. Tú puedes usar tu magia y siempre estaremos a salvo.
CRÍSPULA.- Juan, la magia a veces no lo resuelve todo.
ANTONIO.- Si te digo la verdad, tengo un poco de miedo. Pero nunca me perdonaría haber dejado a Cleopatra en peligro.
CRÍSPULA.- Has hablado como un auténtico valiente, Antonio. Si estáis decididos lo conseguiremos. Bueno, cuando Cleopatra se despierte haré que nos reciba en audiencia. Así podremos contarle todo lo que está pasando. Tendremos que vestirnos con ropa de la época, para que no se note que somos del futuro. Recordad que esta reina es muy anticuada.
JUAN.- ¿Muy anticuada?
CRÍSPULA.- Quiero decir, que es muy antigua y por eso tenemos que respetar sus costumbres. Una vez que nos reciba tenemos que inclinarnos y no debemos de ningún modo mirarla a la cara.
JUAN.- No sé si podré aguantarme. ¡Es tan guapa!
ANTONIO.- Ahora resultará que estás enamorado. Pues que sepas que ella quiere a Julio César.
JUAN.- Yo no estoy enamorado, Cleopatra es muy mayor para mí. Pero es muy guapa. Además a Julio César lo va a matar Bruto.
CRÍSPULA.- Dejad eso ya. Que ahora sois capaces de pretender que salvemos a Julio César y entonces no nos vamos a ir de la antigüedad en la vida. Si la miráis a la cara ella se pondrá furiosa y puede ser terrible.
JUAN.- Me parece que se está despertando.
CRÍSPULA.- Silencio. No hagáis ruido. Recordad que todavía somos invisibles. Vamos mientras a transformar nuestras ropas.
(En silencio se retiran discretamente, sin dejar de mirar lo que hace. Críspula hace movimientos con su varita y van cambiando las ropas de los tres hasta convertirse en auténticos egipcios de la época. )
CLEOPATRA.- Ah, que sueño tan hermoso he tenido. Era él, Marco Antonio. Me decía que me amaba y que estaba dispuesto a todo por mí. Lástima que no haya sido más que un sueño. Pero estoy segura que pronto se hará realidad. (Coge el vaso) Aquí está mi agua. Me la beberé toda.
(Se la bebe, en seguida se levanta, coge unos papiros y empieza a leer y a escribir en ellos. Es cuando entran Malartari y sus esbirros.)
MALARTARI.- ¿Qué tal querida hermana? ¿Has tenido un dulce sueño?
CLEOPATRA.- El más bello que hasta ahora recuerdo. Era Marco Antonio, me declaraba su amor. Me siento tan feliz como si hubiera sido realidad.
MALARTARI.- ¿Verdad que ya has pensado bien lo que te dijimos sobre la guerra?
CLEOPATRA.- Pues… sí. Estoy decidida.
MENTIRAFIS.- Bien, bien. Eres la mejor reina del mundo. La más valiente.
RATÉS.- En cuanto nos des tus órdenes tendremos el ejército preparado.
DEMONÓN.- La historia te recordará por tu audacia y tu tesón. Nunca imaginé que lo del agua daría tan buen resultado.
CLEOPATRA.- No sé que es eso del agua. Pero me temo que no me habéis entendido. Estoy decidida. No habrá ninguna guerra.
MALARTARI.- Entonces tenemos que recurrir al plan B.
CLEOPATRA.- ¿Qué es el plan B?
(Malartari hace un gesto con la cabeza y los tres esbirros se lanzan sobre Cleopatra. Demonón pone en su nariz un pañuelo. Ella intenta defenderse. Se mueve bruscamente pero va siendo cada vez más débil hasta que cae desplomada.)
MALARTARI.- Vamos, no perdamos tiempo. Atadla bien y ponedle una mordaza para que no pueda pedir socorro. Dentro de muy poco Egipto será nuestro. Nosotros nos encargaremos de todo. (Mientras hablan la atan y la amordazan.)
MENTIRAFIS.- Si te soy sincero, a mí me da pena. Con el sueño tan bonito que había tenido.
RATÉS.- Tú vas a tener a partir de ahora sueños mucho mejores.
MALARTARI.- Ya sabéis. En la gran pirámide tengo reservado un precioso lugar digno de una reina estúpida como ésta.
DEMONÓN.- Menos mal que cuida mucho su figura. Así nos resulta más fácil transportarla. Qué poquito pesa.
MALARTARI.- Vamos a la pirámide. Comienza una nueva era en la historia. Ja, ja, ja….
(Se marchan los tres con Cleopatra y ríen de forma escandalosa. Enseguida vemos a Críspula y a los dos niños muy preocupados. Están vestidos con túnicas Egipcias.)
ANTONIO.- ¿Qué hacemos ahora? Eh, Juan, parece que te has escapado de un jeroglífico. Si ya eres feo vestido del siglo veintiuno con esta pinta estás para echarte una foto.
JUAN.- No te rías, tu también estás ridículo. Sin embargo mira Críspula. Está guapísima. ¿Qué dices Críspula? ¿Vamos a ir a la pirámide? Dicen que quien entra allí no puede salir nunca.
CRÍSPULA.- Si esos entran y salen, también nosotros podremos entrar y salir. Además tenemos mi magia. Pero tenemos que pensar un plan meticulosamente. Creo que les vamos a dar una lección que no olvidarán jamás. Venid conmigo y os lo explicaré.
(Salen también los tres y la habitación se queda vacía. Mejor nos vamos a la pirámide para ver qué sucede allí. ¿Vale?)

CONTINUARÁ. (Ya queda poco)
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