Me despierto en las mañanas y ella está en mi amor. Trascurre el día y todos mis sentimientos la sienten sin pausa. Llega la noche y sigue en mí ser. Antes de dejar de nuevo la realidad, la pienso y la siento. Mis pensamientos y mis sentimientos dedicados solos a ella. Dedicados a un ser imposible. Ella, la que con su belleza infinita viajó hasta mis sentimientos más sublimes y bellos, y se quedará por siempre en ellos. De ella solo tengo recuerdos de las veces que la he visto, y con suerte, algunos breves instantes ante mi mirada. Así es. Raras veces y por breves instantes puedo ver al ser que ha sido y será por siempre lo más bello y maravilloso de mi existencia. Un ser tan imposible que no tiene explicación el desear amarla por siempre. Bueno, si la tiene. Es así cuando el amor ama con todo su ser. Es así cuando el amor ama como nunca había amado y como nunca jamás volverá a amar. Cuando amamos así, solo se desea recordar y amar por siempre a ese ser, aún a conciencia de que jamás se podrá tener. Y llegamos a un punto en que nos preguntamos egoístamente, por qué a mi, para lo cual no existe ninguna respuesta. En esos momentos mi mirada se pierde, y mi amor me dice, la recordaremos y amaremos por siempre. Seguirá en nosotros para así eternizarla como eternos serán nuestros sentimientos de amor por ella. Por ella, por Yineska
eres puro corazón... te felicito por creer tanto en el amor...