Los ángeles rodeándolos, música inalcanzable al ser. Y todo gira entorno a ellos, tan solo era un momento, una fugaz sensación de anhelo en la piel.
Situación aparentemente sosegada pero mordiendo las entrañas del placer.
Y mientras se comían por dentro, por la inexpresividad de sentimientos, de dolor padecían.
Ni la pasión hacia presencia, miedo, tal vez, a la amargura.
Y entonces llegó esa luz que ella tanto ansiaba; hubo un tiempo en que en las penumbras vivia, cegada por ese amor ideal.
En ese momento tan deseado, todo fue silencio apasionado.
Hasta la luna misma lo sentía y sabia del sentimiento.
Ni mirar quiere a esos ojos....sensaciones inequivocas al corazón del ojo y válidas para el sentimiento.
¡Noche maldita!, el mismo diablo sabe porqué.
Tentación forzada por una dulce mirada.
Recuerdo inolvidable que marca con una cicatriz el rincón recóndito de su alma y su mente.