Buscaba en los entresijo
de su mente casquivana,
idea que le indicara
el camino más directo
para olvidar el drama
de aquél malhadado amor
que sentía al alma sumía
en lacerante dolor.
Por fin, remedio encontró
a sus cuitas amorosas.
Por las fauces de su amada
pasó y repasó a porfía
méritos incalculables
de un amigo entrañable,
el cual –sibilino aducía-
estaba por ella prendado.
Al amigo, entusiasmado,
explicaba y le decía
el interés de su amada
por cuanto de él contaba.
Y de esta guisa a los dos
inspiró curiosidad
por saber si de verdad
era recíproca y cierta
su cantada adoración
¡Viéronse a hurtadillas!
Y la semilla sembrada
con tan ladino designio
desembocó en pasión,
¡qué bien vino al truhán
para dejar a la novia
sin ninguna contrición!
Es una de muchas cosas que me prendan del autor. Ese arte de hacer poesia, no solamente romances, sino también expresar situaciones que acontecen en la realidad. Poeticamente expresada esa excusa buscada para romper con la relación.