Se siente, se siente la libertad en cada poro de mi piel, en cada una de mis uñas, en cada una de mis pequeñas y ligeras piernas, en cada rizo de mi cabello.
Tú, ser extraño y lacónico, lleno de melancolía ahora ya no estás.
Es difícil recordar cada instante por los que se pasa en la vida, pero más difícil es intentar olvidar esos momentos que sí se recuerdan.
Avanzo impulsiva, llena de vida, desafiante. Con mi mente trazo los caminos, trazo las montañas y navego por los mares, esos mares de incertidumbre pasada que, hoy no son más que charcos secados por el ímpetu del sol.
Tú, camino de piedras, de vacilación,de pesares. Te recuerdo como al primero, el más bello; pero también el más triste.
Recorro , hoy, henchida de orgullo y satisfacción, de conocimientos, de vida.
Tú reconoces tus errores, pero, como siempre lo haces tarde.
Marcho, por la senda acertada, calculando mis sueños, estudiando mi futuro y por fin sintiéndome orgullosa y admirada por todo lo que hago.
Tú, vacío, sin palabras, marchito y sin ganas de nada ni de nadie. Sin valorar lo que tuviste en un tiempo no tan lejano y no pudiste rescatar del olvido al que tú mismo me llevaste... ahora arrepentimiento...
Ahora... felicidad, seguridad y valentía, por todo,por ser mujer y por tener esta fuerza que parece mandada por un dios...
Sencilla sutileza.