~Recuerdo bien, el día en el que mi ángel dorado partió de este mundo lejos de mi lado, era marzo y lloraba como nunca me lo hubiera imaginado, cuándo yo perdí tu cuerpo casi olvidado y ese día la tristeza inundo mi alma herida y tanta impotencia contenía en las manos; no me explicaba lo que había sucedido, con llanto en los ojos que me ahogaba como cuando era niño y es que aquel querubín que me había amado tanto, prefirió ir cielo antes de haberme lastimado.
Y el dolor fue mío por un eterno instante y no sabía que decir, para recuperarte, regresa amada mía, regresa aquí a mi lado, tómame de la mano tú mi ejemplo de vida, tú la más dulce vida, que tan lejos te extraño.
No te alejes de mi lado, retoma mi mano, me partes el alma en pedazos y me ves que sufro y sigo llorando, tu mi ángel dorado.
Hoy hubiese amado el estar ahí contigo, en el momento exacto en el que llegabas tu niñita, y que el llorar estaba escrito en mi hombro, y sentía una mezcla de amor sin desafío; y sé que todo este amor había permanecido contigo por un eterno instante Y no sabía qué hacer para volver a abrazarte
Regresa amada mía, regresa aquí a mi lado, mi ejemplo de vida tú la más dulce vida, que tan lejos, te extraño; Como cuando éramos uno, tomados de la mano, para estar juntos (aqui)en el mundo y decir, nuestro hijos han llegado.
Dios sabe la grandeza que me había mostrado, por eso ayer bendijo mi vida bajando del cielo, mi ángel dorado, Gabii te había llamado y lejos te habías marchado.