...Aquí obligándome a dar el primer paso de mi
vida...
Aquí sigo, cual marioneta movida por una mano anónima, buscando sin cesar tu perfume, todo tu ser.
Dicen que con el tiempo se va aprendiendo a no darlo todo, a controlar tus impulsos, quizás a reprimir tus ganas. Pero en mi lucha incesante necesitaba saber que todavía existe un pedacito de mí, que pese a que la vida me enseñe a ser más fuerte sigue quedando ese espacio reservado para mi pasada niñez y aunque trate de madurar y de olvidar, no logro conseguirlo.
Así he buscado, y sigo haciéndolo, en cada boca, en cada ser...perdida en mi melancolía y en mis recuerdos que ya no sé si son tuyos o me los han robado otros.Exactamente no sé si estuve enamorada o si lo estuve de todos los otros, sólo sé que me gustaría volver a mí misma, aunque eso suponga un castigo durante toda una eternidad. Un castigo dulce que no es ni más ni menos que seguir buscándote entre la gente.
Pretendía escribir un cuento con un final bello, con una coherencia acorde con mis ideas, siento decepcionarte, pero no son más que sentimientos agrupados hacia ti o hacia otro menos merecido de mi amor.
Seguiré buscando...
Almudena: Llego. Te hallé. Pero tengo que irme. Volveré. Y sabré, sabrás, que buscas, qué encontré. Siempre tuyo, Angel. (“Te busco entre la gente!!”, de Almudena.)