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valiosa leccion a la luz del pasado parte 4.

habian llegado al fin a la casucha que fungia como el ayuntamiento de la region. ese dia habia transcurrido muy rapido y en total monotonia, unicamente habian encerrado a dos ebrios que habian reñido y a un usurero que les habia robado a unos clientes de gran prestigio en la region. el municipal como le decia martin sabas, su guia por asi decirlo se hallaba reclinado en una butaca algo gastada color amarillento: chiflando por lo bajo a una mujer galante que algo ebria habia salido ya de su encierro y gritaba picardias a los gendarmes. le chiflaban porque su aspecto regordete y sonriente le hacian ver como una verdulera sin paga. al menos, eso comentaron los oficinistas despues. encima del escritorio habia un plato hondo con restos de pollo asado; indicaba que hacia dos horas habia terminado la hora de almuerzo. mientras fumaba un puro y miraba documentos revueltos sobre su escritorio. ultimamente perseguian desde coahuila hasta zacatecas a unos bandidos que defendian al campesinado y estaban en contra del presidente Porfirio Diaz. razon por la que eran perseguidos. habia mucho por hacer y no sabia como empezar. farfullaba sobre esto. cuando vio aparecer ante el a un chico joven con martin, quien en el pueblo le conocian como un guardian del orden y vigia por si habian inquilinos en la zona. claro, era solo la fama popular pues martin sabas no era ninguna de las dos cosas, solo un campesino ordinario. el municipal le miro por unos segundos a ruperto, el cual miraba tambien al municipal como diciendo: " boinas! ¿ en que me habre metido esta vez?". cuando al fin hablo con su voz ronca a martin sabas:

- buenas, martin. hace tiempo que ni te aparecias por aqui. ¿ porque viene contigo este chiquillo? se le ve facha que no es de aqui.

- buenas, señor municipal. - replico martin, quitandose el sombrero como saludo-. pos eso es lo que me pregunto yo. el chicuelo dice llamarse ruperto vazquez o algo asi. dizque es de la capital.

- bueno, bueno.-. dijo Marcelo, que asi se llamaba el dichoso municipal-. no quiero chisme de viejas. si, como dije hace poco se nota que el chico no es de por aqui. y dime hijo, ¿ desde cuando llegaste aqui?-. dijo, dirigiendose a ruperto. este tardo unos segundos para contestar con voz insegura y algo formal:
- yo, señor. yo, acabo de llegar hoy mismo. al menos, asi me parece. ya vi que estoy perdido.-. ambos hombres, martin y el municipal se miraban de soslayo y miraban a ruperto de vez en vez, pensando ¿ como un chico extraño a su vista podia estar en ese ambiente tan bravio y lleno de visicitudes? pasaron unos 30 minutos. al fin dijo el municipal marcelo:

- bueno, ya veo la situacion. ¿ en que puedo servirlos?

- bueno, señor municipal. yo vine con uste pa que le indique al chico como llegar a la capital. ya ve que como andan los revolucionarios de puerta en puerta pos no sea que lo afusilen por creerlo un soplon o un lider de la bola. esos fulanos son muy perros con los que se les oponen. de mientras, uste dice si se queda aqui unos dias para organizar la ruta a la capital. ya lo demas. pos va por su cuenta.

- umm. esta bien, martin. voy a guiar a este joven. porque creo que por lo intrincado de los caminos y los bandoleros no podra llegar facilmente por la ruta formal. en fin, ya veremos si hay un atajo.- fumo su puro. una sirvienta algo regordeta y morena le retiro el platillo que ya parecia estorbar. asi, martin le pregunto algo que le urgia saber:

- ah! que entendederas mias! se me olvidaba preguntarle, ¿ en donde cree que se puede quedar? yo con gusto le cederia mi hogar, pero esta muy reducido; apenas pa mi. y como siempre tengo que estar al pendiente de los bandoleros o inquilinos en la noche. pos uste dira.

- bueno. en ese caso, hablare con herminio Montes; el capataz de la hacienda " el torrijo". ya ves que el siempre se queja de dejar solo su terruño y cederlo a los salteadores. tambien pa que se ofrezca a cuidar de la mujer y sus tres hijos de herminio. ( herminio era un hombre de unos 38 años; se conformaba con la miseria que ganaba en la hacienda y con reprimir a su mujer manuela lopez y sus hijos, aun niños: Matias de 11, micaela de 8 y dagoberto de 1 año. cada que reclamaban del hambre). nomas pa ocuparse en algo. ya ves tu. asi, pienso que el chico se quede con este unos 7 dias como minimo. ¿ que dices al respecto, hombre?-. un nuevo silencio permanecio por horas. ruperto apenas habia entendido de lo que habian hablado. ¿ el haciendole de niñero o sabria dios que sirviente podria ser, segun el tipo? se pregunto. el, que en la vida real no habia hecho mas que estudiar y jugar con sus cuates de la cuadra o soportar las enseñanzas de los maestros dia a dia ahora haria un servicio; trabajaria en terminos abstractos. bueno, quizas habia sido el deseo o solo eran personajes actuando fabricados por su mente. pero, ¿ que haria en ese caso? se preguntaba mientras el puro ya consumido era tirado lentamente al cenicero con una forma algo cortesana. al fin, martin sabas exclamo:

- bueno, si asi quiere uste. que sea lo que Dios quiera. sabra dios porque, pero le tome gran aprecio a este muchacho cuando lo vi. si uste lo permite, vere al chico cada tercer dia. y lo acompaño cuando vaya pa la capital.

- bueno, como quieras tu, martin. aunque son tan pocos dias pa tomar precauciones. tambien quisiera que al chico se le asigne una actividad. no puede ser un vago. si dije que cuidaria de la parentela de herminio tambien puede ayudarle trabajando como peon, su auxiliar o. a ver, pues. orita no tenemos visitas de a gratis. y tu, joven-. dijo con algo de despecho a ruperto, pues no le inspiraba confianza aun sabiendo ya quien era-. ¿ que opinas si se te da un trabajito de mientras regresas a tu terruño? porque aqui somos gente del gentio, mas no somos comodones. pasaron unos segundos y al fin dijo ruperto:

- si, señor. como a usted le cuadre. le prometo poner todo el empeño que se pueda en el trabajo, para que no me vaya sin nada.- al terminar, ruperto sintio ganas de reirse. ¡ como le estaba gustando este jueguito! o al menos, ya parecia eso; una fantasia, un juego actuado en su escuela. lo mejor era seguir la corriente y ver hacia donde llegaba con esto. mas con tono sereno y serio, demasiado educado mas bien respondio al municipal. y quedose callado. los hombres vieron su silencio como una forma de respeto. asi, martin se despidio del municipal y ruperto, quien le habia dicho el municipal que esperase en el ayuntamiento hasta las seis de la tarde, hora en que llegaria herminio para cobrar sus honorarios en la oficina de rentas. claro, se le explicaria la situacion al hombre. algo muy inusual a sus ojos de funcionarios medieros y adictos a oir noticias porfirianas o bien de crimenes sin importancia: de los movimientos sociales en la capital,los sindicatos, los intelectuales, etc. otro conflicto para que el chiquillo salido de no se donde ingresara a la capital. mientras ruperto miraba el ayuntamiento para entretenerse y pensar que no era tan real: solo oficinas pequeñas, maquinas de escribir, gendarmes y ebrios del pueblo, salteadores o mujeres galantes acompañando las voces de los oficinistas. asi, pasaba el tiempo. el recuerdo comenzaba a despertar. tambien la aventura de un chico adolescente y rebelde. (continuara)
Datos del Cuento
  • Autor: anonimo
  • Código: 22601
  • Fecha: 07-04-2010
  • Categoría: Aventuras
  • Media: 5.31
  • Votos: 74
  • Envios: 0
  • Lecturas: 5577
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