Mi nombre es Juliana y como casi todos los abuelos del mundo hacemos cuentos a nuestros nietos. En eso nos convertimos, pasamos los últimos años que nos quedan de vida a divertir, cuidar y mimar a esos chicuelos que el poderoso nos envía como una muestra de recompensa por el amor con el que hemos cuidado a nuestros hijos, inculcándoles el respeto para ellos mismo y nuestros semejantes.
Somos tres hermanos, aunque soy la mayor de los tres mi niñez fue rodeada de unos padres maravillosos a los cuales respete y admire por sobre todas las cosas, también una tía la cual me mimaba y consentía al igual que mis padres.
Ahora les contaré una historia que pudo ser verdad o producto de esta imaginación que siempre he tenido.
La historia comienza así.
Siempre me gustaron los cuentos de hadas, duendes y brujas. Mi madre en las noches de mucho frío nos sentaba frente a la chimenea y saboreando todos una taza de chocolate caliente nos leía algunos, los cuales yo disfrutaba más que nada en ese momento.
Recuerdo cuando terminaba nos daba un beso, y yo acercándome a ella le decía al oído muy bajito.
__Mamá recuerda que mañana tienes que contarnos otro cuento.
__ Claro mi chiquilina, mañana, en la noche, les narrare de nuevo otra historia.
__Esa noche estábamos mis hermanos y yo sentados como siempre frente a la chimenea con nuestra taza de chocolate humeante. Recuerdo que los maderos chirreaban más que nunca.
Ella nos miro y dijo:
__Hoy les haré el cuento de Peter Pan.
Un cuento muy viejo pero no por ello a dejado de seguir gustando a todos los niños del mundo.
__ ¿De veras mamá nos harás ese cuento? A mi me gusta mucho, siempre me ha gustado ser como Peter Pan, el niño que nunca creció para así poder disfrutar de su niñez junto a las hadas del bosque y a todos sus amigos que vivían en la isla del “Nunca Jamás”
__Calla (dijo uno de mis hermanos) deja que mamá comience el cuento. __Siempre estás con tus fantasías, no se que te harás cuando llegues a grande.
__Seguir con ellas, siempre seré igual, no cambiare por nadie.
El jovencito la miraba y frunciendo el ceño miraba a su mamá que sonriendo decía.
__ Juliana, calla para seguir.
__Si mamita.
__Mamá hablaba y hablaba narrando el cuento, cuando termino, como siempre a todos nos beso y nos fuimos a nuestra recamara.
El dormitorio era una pieza grande, en ella estaban las tres camas y la mía pegada al ventanal. Me encantaba acostada mirar el cielo cuajado de estrellas y ver como la luna se adentraba por entre las pesadas cortinas cuando mis hermanos la cerraban para que no les molestara la luz.
Veía como los rayitos de luna me hacían guiños por una rendijita que yo les dejaba para que pudieran entrar a mi cama.
__ ¿Abuela y que paso esa noche cuando te fuiste a dormir?
__La que así hablaba era mi nieta, mi hija la había dejado en mi casa ese fin de semana para que la pasara conmigo. Una bella nena llamada Stella, con su pelo negro como el de su papá y los ojos de un color entre gris y verde como los de su mamá. Su piel rosada y su nariz pequeñita parecía un besito de chocolate. Sonreía, su mirada era feliz y sus ojitos al mirarme brillaban de alegría.
Me daba cuenta qué le gustaba estar conmigo y escuchar mis cuentos.
Era en verdad una linda niña, de solo siete añitos.
__Abuelita, sigue contando que paso esa noche cuando te fuiste a la cama.
__Veras, mirando los rayos de luz plateada que se filtraban por la cortina me quede dormida. ¡Si vieras Stella donde fui! ¡Fue algo maravilloso!
__ ¿Si abuelita que vistes?
__Un bosque con árboles muy altos rodeados de helechos gigantes donde los rayos del sol penetraban por entre el espeso follaje haciendo un camino que llegaba al cielo.
De pronto, en medio de aquel bello lugar, en la parte más oscura del mismo vi una puerta que se abría para que yo pasara, detrás de ella unas pequeñas luces se movían a gran velocidad.
__ ¿Abuelita y que vistes cuando pasaste aquella puerta?
__Algo digno de contar Stella, todo estaba lleno de árboles y flores, habían muchos niños y entre ellos estaba Peter Pan que me llamaba y me invitaba a participar de su fiesta. Las haditas pequeñitas con sus ropitas de colores muy brillantes bailaban arriba de los pétalos de las rosas y de las hojas de los helechos gigantes que crecían por doquier.
__ ¡Eso es algo bello! ¡Como me hubiera gustado estar allí en ese momento! __Claro, sé te hubiera gustado mucho, pero tú no habían nacido todavía, ni siquiera tu mamá. Las dos rieron con lo que había dicho abuelita Juliana.
__ ¿Que más vistes, que te dijeron todas esas hadas y Peter Pan abuelita?
__Me acerqué donde estaban. El riendo me dijo.
__ ¡Déjame pensar!… ¿Tu nombre es Juliana verdad?
__Yo, me quede sorprendida, nunca antes lo había visto y mucho menos él a mi.
__Abuelita, recuerda, Peter Pan es un niño que lo sabe todo, es muy inteligente por eso decidió ser niño por toda la vida.
__Así es Stella. Yo me quede muy sorprendida y le conteste.
__Es verdad, mi nombre es ese.
__Sabia que siempre has querido venir a mi mundo por eso puse la puerta en el jardín para que pudieras traspasarla y llegar aquí, quiero que conozcas como vivimos en este lugar y si quieres quedarte para siempre con nosotros lo podrás hacer, si es tú deseo.
__Me gustaría mucho, pero tengo mis padres a los cuales adoro y mis hermanos, además mi madre no soportaría que yo no estuviera con ella.
__Aquí vivirás siendo siempre una niña y no habrá tristeza para ti, todos los niños que viven conmigo están felices, no hay guerras, epidemias, abuso contra nosotros y mucho menos morir.
¡Somos inmortales!
__Sé todo lo que me dices, pero no puedo quedarme.
Eso si, quiero ver como viven, pasar un rato bien lindo con todos y luego marchar a mi casa guardando en mi corazón para toda la vida este momento. Porque a nadie diré lo que vea hoy aquí.
__Abuelita y entonces por qué me estas contando esta historia si le dijiste a Peter que no dirías nada de lo que vieras esa noche.
__Porque han pasado muchos años, además tú eres mi bella nieta y a ti si quiero contártelo, también sé que esto quedará entre las dos.
¡Tú no contaras nada a tu mamá, tus primitos, ni a nadie!
__Quedará guardado este secreto entre tú y yo.
__Si abuelita, será como tú digas.
Riendo Stella siguió preguntando a Juliana.
__ ¿Que pasó después que le dijiste lo que pensabas a Peter?
__El acepto y me llevo a recorrer toda la isla del “Nunca Jamás”
__ ¡De seguro que es bella!
__ ¿Verdad abuelita?
__Si, fue algo que nunca he podido olvidar. Las flores mas lindas, los animales más exóticos estaban allí, las hadas, volaban entre las flores y a decir verdad nunca había visto rosales tan perfectos como en ese lugar.
__ Y después.
__Seguimos caminando por aquella isla, de pronto nos salieron al camino unos animalitos pequeñitos que volaban por arriba de nosotros y reían bajito, fue algo bien simpático. Yo le pregunté a Peter que eran, me dijo eran unas especies de cuidadores de los bosques.
__ ¿Y que más vistes?
__Un lago donde las aguas eran tan cristalinas que podías ver fácilmente el fondo del mismo. Fíjate que los peces eran de diferentes colores y al caer los rayos del sol sobre ellos brillaban como si tuvieran luz propia.
__ ¡Abuelita que lindo todo eso que me cuentas!
__Sigue, sigue contándome.
__También en aquel paraíso, vamos a llamarle así, tenían una cascada que venia desde lo alto de una montaña, al caer el ruido del agua semejaba miles de campanitas. Las haditas rápidas pasaban por las gotitas de agua que salpicaban al caer. Ellas reían y al reír los pajarillos del bosque cantaban.
Juliana siguió contándole a su nieta todo lo que había visto en la isla del
“Nunca Jamás”.
__Dime Peter. ¿Nunca se aburren los niños aquí?
__No mi bella amiga, aquí no hay tiempo para ello, mira como hay lugar para bailar y reír, todos los niños se entretienen con las hadas y los duendes, ves aquellos que están allá al lado de aquel manzano.
__Si, claro que los veo.
__Bueno los duendes le están mostrando como poder cultivar los manzanos y que estos sean los más dulces y sanos de todo el lugar.
De pronto, todo se puso oscuro y los duendes, hadas y niños salieron corriendo. Peter me halo por el brazo y me dijo.
__Ven Juliana detrás de este enorme tronco, escondámonos que han llegado la Salta montes y si nos ven querrán capturarnos para que vivamos en sus tierras del otro lado del mar. He luchado con ellos pero siempre cada año vienen a la isla para ver si pueden capturar a algunos de nosotros, esclavizarnos y hacernos trabajar en las minas.
__ ¡Abuela! No te dio miedo lo que Peter te decía, te imaginas si te llegan a llevar con ellos como se hubieran puesto tus padres y hermanos de triste.
__Ellos no habrían sabido nunca donde estabas.
__Claro que me dio mucho miedo Stella, pero por suerte nada grave pasó.
__Sigue contando como pudieron salir del problema.
__Seguimos escondidos. De pronto, uno de los salta montes vio mi reflejo detrás del árbol, justo caía un has de luz sobre mi, eso alerto a todos los demás y corrieron hacia donde estábamos, mientras nuestro amigo peleaba con ellos los demás salta montes cayeron sobre mi alzando el vuelo sin Peter poder hacer nada para detenerlos.
__ ¡Ay abuelita que miedo! Yo no hubiera podido estar ahí como estabas tú, te juro que me hubiera muerto del susto.
__Si, así estaba yo Stella, muerta de miedo pensando en lo que me podrían haber hecho esos feos saltamontes y nuestro amigo no estaba conmigo para ayudarme.
Entonces que sucedió, a donde te llevaron.
__Cuando llegamos al lugar que al parecer era donde vivían me pusieron dentro de una jaula pequeñita que cabía solamente sentada en ella.
El jefe hablo algo bajito a los otros y estos moviendo sus cabezas se fueron dejándonos solos en aquel lugar.
__ ¿Qué pasó entonces?
__El saltamontes me miraba, volando se acerco muy cerca donde estaba la jaula y me dijo.
__ ¿Sabes que eres muy linda, niña? A lo que yo le conteste.
__ ¿Sabes que eres muy feo y malo? Peter vendrá por mí para ayudarme.
__Claro, eso es lo que quiero, que tu amiguito venga a buscarte.
Hace años estoy tras del para capturarlo y no he podido.
__Nunca lo podrás tener, él es más inteligente que todos ustedes.
__ ¿Tu crees eso?
__Estoy segura.
__Ya veremos niña, por el momento estarás aquí en esta jaula hasta que tú amiguito venga a rescatarte, ahí será donde yo lo atrape.
Cuando eso ocurra (con una risa fuerte que estremeció todo el lugar donde estábamos) Todos los demás niños trabajarán en las minas para mí y yo seré el único en estas tierras del “Nunca Jamás” Porque no viviré en el otro lado del mar sino en la Isla con todos los demás chiquillos y mis saltamontes.
Eso es lo que siempre he querido hacer y está muy cerca el día en el cual pueda lograr mis deseos.
__ ¡Abuelita que Saltamontes más malo ese!
__Que le dijiste cuando termino de hablar.
__Solo lo mire y le dije muy bajito.
¡Eso lo veremos! ¡Vamos a ver quien gana al final! Segura estoy que no vas a ser tú. El riendo con una carcajada fuerte y fea como el mismo salio de la cueva dejando a Juliana sumida en un mar de tristeza.
Ella pensaba que donde estaba su amigo no podría rescatarla nunca.
Anochecía, al parecer todos dormían en el lugar menos unos saltamontes guardianes que tenia el malvado jefe para que cuidara, sobre todo a Juliana que muy asustada, y adolorida por estar en aquella jaula tan pequeña ya no sabia como acomodarse.
De pronto, se escucho un silbido.
Los saltamontes dejaron de caminar y atentamente trataban de averiguar por donde había venido el ruido.
Unos segundos después otro chiflido más largo que el primero.
Uno de los saltamontes dijo:
__ ¡Quien esta ahí! Solo el silencio dando respuesta.
__Pregunto ¡Quien esta ahí!
Al momento un gran ruido, una nube de grandes moscones cayeron sobre los saltamontes. El jefe saltamontes al escuchar aquellos gritos salio volando del tronco del árbol donde estaba y grito.
__ ¡Que ocurre! ¡Que esta sucediendo aquí!
Ninguno podía contestar porque ya habían caído en las grandes redes que los moscones arrojaran sobre ellos.
__ ¡Eres tú Peter Pan, donde estás, ven, pelea conmigo cara a cara, no te escondas detrás de tus amigos de la isla!
__ ¡Aquí estoy cobarde, donde tienes a Juliana!
A medida que hablaba se movía con gran rapidez entre los árboles y no dejaba que el Saltamontes viera donde estaba.
__Maldito chiquillo voy a terminar contigo de una buena vez.
__Tú amiga está muy bien escondida, así que no intentes buscarla por que no vas a saber en cual de las cuevas está.
En ese momento campanita rápida como era le dijo en que lugar tenían escondida la niña.
__Campanita ve donde está Juliana y lleva contigo a las otras hadas entre todas la ayudaran a escapar, yo me encargaré de terminar con este malvado Saltamontes.
__Si Peter, ahora mismo voy a soltarla.
Enseguida el niño fue hacia un claro del bosque, allí se veía muy bien y por fin el jefe de todos los Saltamontes pudo verlo.
__Ahora si te destruiré chiquillo, nadie podrá detenerme, te tengo en mi poder.
Peter rió bien fuerte y volvió a dar dos vueltas bien rápidas entre las copas de los árboles, el Saltamontes volaba tras el, el niño fue directo hacia el océano allí con su cuchillo corto rápidamente sin que el saltamontes pudiera evitarlo una de sus alas.
__Como has podido hacerme esto, por favor sálvame de caer al mar.
__No sé nadar y voy a morir ahogado.
Le decía a Peter mientras iba en rápida caída.
__Te creías muy fuerte, ahora vas a tener tu justo castigo.
__Querías mi isla y a todos nosotros, verdad. Esto es lo que tendrás.
Recuerda que el que mal empieza mal termina. Este es tu justo castigo, tienes lo que te mereces por malvado.
Así que cortando la otra ala que le quedaba cayó a las profundidades del océano para nunca más salir de ellas.
Juliana ya estaba fuera de la cueva con Campanita y las demás haditas que le habían ayudado. Contenta se puso cuando vio a su amigo; por lo que salio corriendo y dándole un abrazo se colgó de su cuello, luego lo beso en las mejillas poniendo todo rojo a Peter que no sabía como decirle lo contento que estaba por verla nuevamente junto a ellos.
__Que feliz estoy de verte, pensé qué no te vería jamás cuando te llevaron de nuestro lado, Juliana.
__Yo también pensé que no les vería jamás.
__Aunque sabia que tú vendrías por mí.
__Marchemos de aquí, volvamos nuevamente a la isla del Nunca Jamás.
__Vamos, toma mi mano, partamos ya.
Todos salieron por los aires, Peter llevaba a su amiga de la mano y todas las haditas, campanita y los moscones viajaban en una caravana de luces de colores. Juliana miraba hacia abajo y le parecía que en cualquier momento iba a caer.
__ ¡Que lindo se ve todo desde aquí, las nubes, parecen motas de algodón!
__ ¿Te gusta? ¿Por que no te quedas aquí con nosotros para siempre?
__No, no puedo, tengo mis hermanos, padres, ellos sufrirían mucho si yo no estuviera a su lado.
Llegaban a la isla, cuando estuvieron de nuevo en tierra Peter dijo a todos.
__Vamos a celebrar el habernos librado de los malvados saltamontes y que nuestra amiga Juliana este nuevamente aquí con todos nosotros.
Hagamos una fiesta que será inolvidable para todos.
En ese momento vinieron todas las hadas, duendes, y con sus luces de colores hicieron brillar el bosque. Los niños gritaban feliz de que su nueva amiguita estuviera con ellos celebrando. Al rato Peter llamó a todos y pasaron por entre unos árboles, al otro lado del mismo había una larga mesa llena de los dulces que pudieras imaginar que existieran en ese mundo del “Nunca Jamás”
Dulces, helados, caramelos en forma de bastones y de flores.
Todos los niños estaban felices y cantaban.
Ya entrada la noche. Juliana se levanto de donde estaba sentada y dijo.
__Peter es hora de partir, estoy muy contenta de tenerlos a todos como amigos. __He disfrutado mucho, me alegra tener unos amigos así.
__Espero poder volver. Nunca voy a olvidar este día mientras viva.
__Adiós amigo, adiós campanita, adiós a todos.
Todos acompañaron a Juliana. Por la puerta que había encontrado en el bosque se regreso nuevamente a su casa.
En ese momento desperto y abriendo los ojos dijo: __ ¿Habrá sido un sueño o seria verdad que fui al país del “Nunca Jamás”?
__Seria cierto que vi a Peter Pan. ¿Él estaría conmigo y todos los demás niños de la isla?
__Bueno sea un sueño o no siempre guardare este secreto de haber viajado al país del “NUNCA JAMAS”
__Abuelita que bella historia. Siempre la recordaré como mismo la has recordado tu todos estos años.
Cuando yo también sea abuelita se la contare a mis nietos.
__Stella, todavía te falta mucho para tener nietos, primero tienes que crecer y hacerte una señorita, luego estudiar y al final casarte y tener tú familia.
Luego vendrán esos nietos de los que hablas y ahí podrás contarle la historia.
__Si abuelita, yo lo sé pero quiero ser así como tú, contar a ellos las mismas historias que tú me has contado.
__Vamos, ya es hora de dormir, recuerda que tú mamá vendrá en la mañana a buscarte y no quiero que diga que yo te consiento mucho cuando llegue y estés aún dormida.
__Si abuelita, ya voy a dormir, ojala que a mi me pase como a ti y pueda esta noche ver a Peter Pan como lo vistes tu cuando eras una niña como yo.
Juliana la arropaba con las mantas y le decía.
__Vamos a dormir y recuerda que esto fue solo un sueño y nada más.
Juliana le dio un beso a su querida nieta y dándole las buenas noches salio del cuarto apagando la luz.
fin