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LA CARTA ...EL PRINCIPE Y LA PLEBEYA

Esta es una historia se trata de un amor puro y sincero entre una joven y dulce plebeya y un joven príncipe que vivían en un lugar lejano. Todos los días el joven príncipe salía a pasear en su hermoso corcel blanco y sin razón alguna siempre pasaba por una angosta y pequeña calle, cuando en aquel lugar había calles más bellas, será porque acaso en se calle vivía una joven y dulce plebeya, que siempre lo esperaba posada en su balcón y quién a su paso lo miraba y sonreía con gran emoción, pero el joven príncipe orgulloso y arrogante ni siquiera volteaba a verla y muchos menos dibujaba en su rostro alguna sonrisa sincera. O será porque acaso siempre lo acompañaba un fiel sirviente y que a cada paso le decía hiriente, esa mujer no es digna de su real alteza, ya que solo es una simple plebeya, el príncipe sólo bajaba la cabeza y se alejaba de aquel sitio sin decir palabra alguna.
Hasta que llego un día que el príncipe pudo salir solo y al llegar a esa calle y ver aquella dulce joven detuvo su caminar pero sin voltear a verla.
La joven emocionada ante tal hecho, le lanzo de inmediato un beso, le sonrío tiernamente y le dijo sincera "TE AMO", el joven príncipe no dijo palabra ni dibujo por lo menos una sonrisa en su rostro.
Al llegar al palacio, el príncipe contó lo sucedido a su fiel sirviente y este de inmediato le dijo que como se había atrevido esa mujer a decir tales palabras, puesto que ella es solo una plebeya y el es una real alteza y sin más comentario se dio la media vuelta y se retiró de inmediato y el príncipe como siempre no chista palabra alguna, pasaron varios días y la dulce joven se puso muy triste pues su amor ya no pasaba por esa acera.
Hasta que llego un día, en que paso nuevamente su amado acompañado únicamente de su hermoso corcel blanco, al llegar a aquel balcón el príncipe se detuvo y con voz fuerte y agresiva pero sin ni siquiera mirarla le dijo a la joven "NO VUELVAS A HABLARME Y MUCHOS MENOS MIRARME, TU NO ERES DIGNA PARA UNA ALTEZA COMO YO", ya que tu solo eres una simple plebeya, la joven asombrada ante tales palabras le dijo llorosa y con voz temblorosa que porque le decía palabras tan feas y porque la humillaba de esa manera ya que ella solo le había dicho lo que sentía, que el siempre ha sido su amor verdadero, o acaso por ser mujer y plebeya “NO TENGO DERECHO A SENTIR Y DECIR ESTO”, por favor toma mis manos y mírame a los ojos y te darás cuenta de que mis palabras son ciertas, el príncipe ni siquiera se atrevió a verla y tal arrogancia y desprecio desmedidos solo se dedico a escuchar aquellas palabras sinceras, una vez que terminó la joven y sin más comentario el príncipe empezó alejarse de ella, al ver tal hecho, la joven saco una carta, la cual escondía entre sus ropas y antes de que el príncipe se alejara la entrego en su mano, éste asombrado la tomo de inmediato y sin más comentario se alejo de aquel lugar.
Al llegar al palacio el príncipe leyó la carta, la cual contenía muy bellas palabras de amor y donde le confesaba cuanto lo amaba, pero a su vez estaba consciente que este amor era imposible, ya que el era un príncipe y ella solo una simple plebeya, al final de la carta había una frase en la que le pedía al príncipe que por favor le regresara la carta como una muestra de amor hacia ella, el príncipe después de leerla ignoró el detalle abrió un cajón y la guardo de inmediato.
Pasaron los días y el príncipe parecía haber olvidado lo sucedido, hasta que llego un día y sin causa aparente saco la carta del cajón y se dirigió con su abuelo a quien le platico lo que había sucedido y le enseño la carta para que la leyera, el viejo sabio, serio, sereno y con voz potente y firme le dijo "QUE PASA HIJO MÍO, TU YA ERES UN HOMBRE Y TE COMPORTAS CON UN NIÑO", como es posible que hayas humillado de esa forma a esa mujer que solo te esta demostrando un amor sincero, como es posible que te dejes llevar y digas palabras de otros, esta joven te ama de verdad y estoy seguro que tu también la amas, te lo veo en los ojos.
Ella es una buena dama que ama sincero, ya que dice y escribe palabras muy bellas, además esta dispuesta a decirlas de frente sin importar lo que diga la gente, toma hijo mío la carta y corre a buscarla. El joven príncipe al escuchar estas palabras tomo la carta y salió corriendo a buscar a su amada.
Al llegar a aquella morada toco varias veces, pero nadie contestaba, una ancianita que estaba afuera de aquel lugar y que armaba sus ramos de flores para vender en el mercado, lo vio extrañada y ante tanta insistencia le dijo de inmediato, mi buen joven ya nadie habita esta casa, el príncipe angustiado le pregunto a la anciana si sabia acaso donde se había ido la joven que habitaba esta casa, la anciana con mirada tierna lo miro fijamente y le dijo con voz firme "TU ERES UN GRAN HOMBRE Y DE BUEN CORAZÓN", le dio un ramo de flores y le señalo un camino, anda buen hombre sigue ese camino y si tu amor es puro y sincero seguro encontraras a tu bella amada.
Datos del Cuento
  • Autor: CAGG67
  • Código: 13169
  • Fecha: 29-01-2005
  • Categoría: Sueños
  • Media: 5.02
  • Votos: 48
  • Envios: 5
  • Lecturas: 4090
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