Amigos míos, amigos lectores, ¿alguna vez os han dicho algo duro y cruel y por respuesta tan solo las lágrimas os han empapado por dentro mientras por fuera tratábais de mirar de frente a la persona que llamándose amiga decía tal salvajada?
Bien pues estás son mis verdades:
Conocí más de cerca a un amigo y con el cuerpo más emocionado que el propio alma por mis circunstancias le llamé amigo con mayúsculas, le defendí sus sentimientos, ajenos a mi y sin darme cuenta poco a poco, manteniendo la confianza con él después de dos años cuando él me dijo adios yo me descubrí enamorada. Traté de encajar mis sentimientos con él junto a mis amigos pero no lo conseguí y después de muchos problemas y muy poco entendimiento todos me dieron la espalda.
Historia larga donde las haya, historia de cuentos contados, historia de verdades, historia de mentiras, historia no contada.
Reservo un último cuento entre todas estas historias, mi último cuento, el punto y final de mis palabras.