Cierro los ojos y escucho tu voz, sueño y allí estas tan real: navegando dentro de una gran Orquídea en un mar de atardecer perdurable. Donde en el horizonte se alzan montañas imponentes que se vuelve una mezcla entre tepuyes y cordilleras andinas, totalmente nevadas, que brindan un sin fin de cascadas altas de aguas muy cristalinas, acompañada de un   roció, que da de beber a una gran selva y allí los pájaros con colores muy brillantes con colas en llamas, alzan el vuelo jugueteando al viento cual Guacamaya y Ave fénix.

Tan interesante como audaz y como estrella fugaz que solo puedes pedir un deseo me llevas fuera de este mundo deteniendo el tiempo en un viaje por el universo de tus sueños.

Eres tan salvaje como rebelde pero me gusta cómo te veo porque de ti aprendo en tu mirar en tu hablar en tu rostro de amazona que cautiva con ojos de color miel.

Subiendo en el despertar de tus sueños creando un escenario donde la arena y el mar formen tu playa ideal con el sol de atardecer que calienta un poco a la suave brisa que acaricia tu cara haciendo suspirar tu alma.

Eres como eres tan cerca y tan lejana con pensamientos privados y a veces dices lo que piensas como el toque perfecto de azúcar al buen café me haces pensar que eres sublime al llenarme de tu ser.