Esta noche pienso, que pienso demasiado…
Hay momentos en los que he llegado al punto de creer que nada de lo que es, realmente es…
Mi confusión cansa, debo estar hartando a los seres a mí alrededor pero es que la lucha de ideas, pensamientos, emociones y sentimientos en mi interior no cesa y mi ser se cansa a causa de tantos acontecimientos.
Siento que no puedo seguir así, pero así como?
Las contradicciones se han vuelto parte de mí, se han adherido fuertemente sin manera alguna de despegarlas.
Quiero gritar al mundo mi dolor, pero pienso que no seré entendida… Callando millones de cosas que hasta yo desconozco que me comen poco a poco el sentido. Pronto seré y no seré. Pues en el mar de confusiones mi yo flota al mando. Tantas preguntas que tal vez no buscan respuesta… ¿Es sólo una etapa?
La amargura me ronda queriendo atraparme, siento que mi fuerza poco a poco se deja vencer pues vive huyendo al asecho del pensamiento de que yo tengo algún problema que de extraña manera amenaza a todos los seres que junto a mi habitan y que de alguna manera simple y complicada, solo desaparezco… Y en mi ausencia es como si nunca hubiera estado.
Pensar es ya algo poderoso que junto con la imaginación mezcla la alegría, la tristeza y el odio, haciendo grandes cosas.
Tan sutil que de a momentos giran en mi cabeza dos yo. Que luchan por ganarme mientras algo bien pequeño, en lo más oscuro y claro de mi anatomía grita cosas que los superiores no escuchan… Haciendo más difícil la batalla.
Al menos puedo afirmar que algo de la batalla resultará. Que durante mucho o poco tiempo tendré que esperar.
¿Qué es de mí?
Un no sé. Porque sencillamente: Puede ser… y puede no ser…