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Consejos de un desconocido...

Hoy después de mucho tiempo tuve la necesidad de tomar un taxi. Eran cerca de las once de la noche, había tenido un día pesado en el trabajo y me encontraba a punto de dejar la oficina, cuando entró una llamada... medio desganado levanté el fono y me di con la sorpresa que era mi jefe. Me dijo "Anda al almacén saca una maleta de viaje azul que hay... además pide una maleta de mano a mi esposa y tráelas al aeropuerto". Me quedé perplejo por un instante, pensé que me estaba bromeando, pero en seguida me di cuenta que no era así, el hablaba en serio. Me indicó que estaba despidiendo a unos amigos que viajaban a Japón y tenían problemas con el exceso de peso. La aerolínea solo permitía llevar dos maletas de 32Kg y ellos cargaban 2 de 60Kg .

Además añadió... "Súbete a un taxi y vuela, por que el avión los deja...". No tuve mas remedio que aceptar, me sentía agotado, desganado, solo estaba ansioso por llegar a casa y disfrutar las suaves sábanas de mi cama. Medio renegando paré al primer taxi que se presentó. El conductor era un señor de unos 45 años de mirada bondadosa. Le di las indicaciones, llegamos a un acuerdo...

En el camino empezamos a conversar y me contó que hace unos años el era un ingeniero electrónico reconocido, los bancos lo buscaban para hacer las conexiones de red... había viajado por casi todo el Perú, disfrutando de la comodidad de los mejores hoteles 5 estrellas... Después de esto abrió una pequeña empresa que daba servicios técnicos, de reparación y mantenimiento de computadoras... el estaba acostumbrado a llevar un training de vida holgada y de lujo. Pero la situación económica poco a poco llevó a la ruina a sus mejores clientes... y en un año el también tuvo que declararse en quiebra. Me dijo "Estaba sin un centavo en el bolsillo y tenía que cumplir con la liquidación de 8 personas que trabajaban para mi. Me endeudé con el banco y lo hice... pero demoré casi 2 años en terminar de saldar mi deuda. Siempre trato de no fallarle a la gente, evito hacer lo que no me gustaría que me hagan..."

"Desde allí he trabajado de guardia, de chofer, en bares... en fin en lo que conseguía... tengo 3 hijos, 2 de ellos ya terminaron la universidad y el últimos está postulando a la UNI. Con lo que gano del taxi tengo que pagar diariamente 35 soles de alquiler del carro, la academia de mi hijo, los gastos de la casa y además mando semanalmente plata a mi mujer que se encuentra en Trujillo con los 2 mayores... ¿Te sorprende?" Yo asentí... y añadió, "No tengo secretos, pero yo he pasado por la pobreza, he comido tierra y he vivido en una choza... se lo que es la miseria, por eso no me sentí arruinado cuando perdí todo... mis carros, mi casa, mi negocio..."

"Siempre he tenido fe en el destino en la vida. Y creo que por eso, cuando mas necesitado estoy, llega un cachuelo o algún cliente me llama para revisar su máquina y me gano alguito... Como padre tengo que buscármelas para que mis hijos no sufran, lo único que quiero es darles la mejor educación posible, prepáralos para que puedan enfrentar los retos de la vida... "

Sus palabras me hicieron reflexionar mucho, me sorprendió su optimismo, su fuerza de voluntad. Ultimamente solo escuchaba quejas y lamentos de la mayoría de personas que me rodean... El viaje de unos 40 minutos me pareció un instante... Antes de bajar del carro sonriente afirmó, "Tu tienes la edad de mi hijo, por lo que te voy ha dar un consejo: Estés donde estés, ocupes el puesto que ocupes, nunca te sientas superior ya que en cualquier momento puedes caer... pero si te mantienes humilde y bondadoso, verás que el destino nunca te abandonará, El de arriba nos pone a prueba día a día, pero nunca nos ahorca. No pierdas la Fe en ti...". Pagué, estreché su mano y me despedí deseándole suerte.

El disgusto de estar en el aeropuerto a altas horas de la noche había desaparecido... Corrí hacia la aerolínea donde se encontraba mi jefe y deje las maletas... apurados pasaron los bultos de una a otra y corrieron al counter... una vez terminado todo me despedí y regresé a casa en un micro... me sentía casando por que ya era cerca de la 1am, pero las palabras del Taxista se me venían a la mente... por eso llegando a casa prendí la computadora para plasmar esas sabias palabras y consejos que me dio, una persona totalmente desconocida.

Una vez mas reconfirmé que no debemos juzgar a las personas por su apariencia, ni por el trabajo que realizan. No despreciemos a la gente ya que muchas veces los mas necesitados, los mas pobres nos pueden brindar mas riqueza de lo que esperamos... Seamos abiertos a las sabias enseñanzas de la vida que casi siempre aparece de la manera menos esperada.

Además de todo lo descrito aprendí que una persona positiva tiene el don de transmitir esperanzas, fuerza, alegría, valor... si todos pensáramos como el... que diferente sería el mundo...


Kitsutani Kian Hernán

27 / 01 / 01
Datos del Cuento
  • Categoría: Hechos Reales
  • Media: 6.02
  • Votos: 63
  • Envios: 6
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