Te quiero escuchar, te juro que deseo escucharte, pero tu hablas, tan solo hablas de ti, con letras sin color, transparentes, pero, repito, te quiero escuchar y no como siempre…
Cuéntame de ti, de tu hambre verdadera, de tu grito perdido que resuena en el fondo del abismo… Dime si ya sabes quién eres, y dime cuál calzada escogiste, y, sobre todo, si es que te lleva al hogar verdadero…
Ya sé que digo tonteras, y que siempre las digo. Ya sé que mi sed es la misma de siempre, que las hormigas que pululan dentro nuestro aún continúan sin reina ni rey, pero dime algo y no calles, dime con tus ojos que el sol se está apagando, y con tu olfato que las flores ahorran perfume, si, dime con tu alma si hay espacio y agua en el cielo para un alma en llamas que busca reposo…
¿Callas?
¿Por qué?
¿Es que eres uno de los nuestros, uno más? ¿Eres de aquellos que viven tibios y a medias, de aquellos que llenan de combustible la carne y viajan y viajan de aquí para allá sin saber que estamos en una corona?
¡Basta ya! Perdona te pido…
¿Quién soy yo para hablar y escupirte de esa manera?... ¿Es que no sé que soy como tu, que respiro el aire por las narices, que entran organismos por mi boca, y que escucho el silencio y el bullicio de adentro y de afuera…?
En verdad, yo soy un ripio de nada, y aunque es poca cosa, es suficiente como para escribir y desear que encuentres reposo… Un lugar donde percibas aromas enteros, donde te cubras en aguas que calmen todas las sedes, donde las aves canten y vuelen lado a lado con nuestras pálidas almas, donde los matices del cielo estallen de dicha y lluevan colores del paraíso… Y, sobre todo, que halla un faro de luz en donde podamos viajar hacia el mundo de papel y del lápiz, al mundo en donde podamos leer y sentir que no hay nada mas que decir, que sentir un pedazo del aliento repartido en infinitos alientos, en infinitos puntos animados…
San isidro, septiembre del 2005
Impresionante tu manera de escribir y de sentir.Seguire leyendote con más calma. un saludo lucy-a