Siento callado el silencio, siento triste la tristeza, siento ausente tu ausencia, amarga la amargura de mis ojos de sal y agua qeu miran tus ojos enamorados mirando a otro lado, a otro rumbo, a otra dirección. Y quisiera ser feliz teniendote en mis brazos, y quisiera que fueras feliz en los brazos de quien te haga feliz. Y si tu felicidad choca con la mia, prefiero ser yo quien arrastre peso de cadenas, aprendí a nadar si brazos y aprenderé a nadar sin piernas. Y el dolor no duele cuando se trata de felicidad ajena. Es solo nostalgia de pensar que quise quererte y ahora quiero olvidarte sin echarte de mi vida, desenamorarme sin odiarte, porque el odio es una fuerza que ayuda al olvido. Y quiero ese olvido y no ese odio, quiero verte y no tenerte como deseo tenerte ahora. ¡Que calle mi alma que clama tu nombre a gritos, y no escuchas, o no quieres escuchar, y mejor, porque ese silencio es mi pena, pero es tu felicidad
Me gusta mucho todo lo que dices en este cuento. desprende mucho generosidad hacia la persona que quieres... felicidades y gracias por escribir algo así me dió que pensar... LUCY-A