El padre de Mateo le preguntó al medico:

- ¿Cómo están?
- Mal cada día van empeorando.
- ¿Se recuperarán?
- No lo sé, muchos médicos lo dan por imposible.
- Ya.

El padre de Mateo fue a ver a los astronautas, estaban con un montón de aparatos. Los médicos no le dejaron hablar con ellos. El padre de Mateo se fue a casa, al llegar Mateo le preguntó:

-¿Cómo están los astronautas?

El padre de Mateo no le contesto, movió la cabeza, Mateo supo enseguida que no estaban bien. Mateo estuvo día y noche pensando que podía hacer; pero no se le ocurría nada, y por fin se le ocurrió algo, como ya era muy de noche decidió explicárselo mañana a su padre y su madre. Y al día siguiente:

- ¡Mamá, papá volveré a ir a Marte y convenceré al rey!
- ¡Mateo no, será peligroso!- dijo su madre asustada.
- No, mamá tranquila, no me pasara nada.
- ¡Mateo no quiero que te pase lo mismo que a esos astronautas!- dijo apunto de llorar.
- Ya, pero es la única forma.
- ¡No, Mateo no lo harás!- dijo triste.
- ¡Mamá, por favor!
- Tiene que ir- dijo su padre.
- ¡Pero!- y se puso a llorar.

La madre de Mateo se abrazó a su padre, Mateo y Aitor, su padre comprendieron que lo aceptaba aunque no estaba de acuerdo.

Mateo, Aitor y su madre se fueron a la base espacial:

- ¡Preparad una nave que nos vamos inmediatamente a Marte! – dijo Aitor.
- ¡Estás loco, te pasará como los otros astronautas!- dijo un astronauta llamado Carlos.
- Es la única manera de salvar a los astronautas.
- Ya, pero...
- ¿Qué pasa?- preguntó Johnny.
- Nos iremos a Marte- dijo Aitor.
- ¡Loco, te puede pasar lo mismo que a ellos!
- Es la única manera de salvarlos.
- Ya, pero...
- ¿Por qué?
- De acuerdo, pero no cuentes conmigo.
- Vale.
Mateo y su padre iban a subir a la nave cuando:

- ¡Esperadme!, yo también iré con vosotros- dijo la madre de Mateo.
- Yo también voy a ir con vosotros- dijo Johnny.

Mateo y su padre se rieron, subieron, despegó la nave, y durante el viaje hablaban de lo que harían cuando los encontrarían. Por fin, la nave aterrizó.

Empezaron a buscar ese enorme castillo, Mateo volvió a encontrar esas huellas, su padre, su madre y Johnny al verlas se extrañaron muchísimo, ellos no pensaban que fueran así. Siguieron andando y encontraron el castillo. Ellos aún se sorprendieron más de lo que estaban. Mateo dijo:

- Vamos por la otra parte, se un sitio por donde podemos entar sin que nadie se de cuenta.
- Pues venga vamos ya- dijo su padre.

Andar alrededor del castillo hasta llegar a un sitio donde se podía saltar fácilmente, porque hay huecos donde apoyar los pies. Johnny preguntó:

- ¿Estas seguro de que si subimos por aquí no nos pillará nadie?
- Nadie, porque si subimos por aquí, al final a la derecha está la casa de mi amigo.
- ¿Tu amigo?¿de que estás hablando?- preguntó Johnny extrañado.
- Mi amigo Draminus, cuando vine aquí por primera vez lo conocí.
- Ah vale, ya lo entiendo.

Subieron por la pared, y al llegar arriba buscaron su casa.

- Es por aquí- dijo Mateo, Johnny no le escuchó y se fue por la izquierda
- Johnny, es por aquí.
- Que, ja, ja, ja.
- ¿No sabes cuál es la derecha y la izquierda?
- Sí, sí ya lo sé- dijo medio atontado.

Entraron en la casa de su amigo Draminus, por la ventana, y este al verlos preguntó extrañado:

- ¿Qué haces tu aquí, con ellos?
- He venido a convencer el rey.
- Ya, permo no podéis imr así porm fuerma, hay soldados porm todos los sitios.
- Ya lo se- dijo Mateo.
- ¡Tengo una idea!, mirmad nos disfrmazarmemos como sermes de otros planetas.
- ¿Qué quieres decir?- dijo Mateo.

Ooo...

EL DESCUBRIMIENTO DE UNA NUEVA VIDA SE ESTA HACIENDO LARGO, VEREMOS LA SIGUIENTE PARTE MÁS ADELANTE.