DEDICADO AL DIA DE ANDALUCÍA
Mari Carmen, una niña malagueña, estudiante de Geografía, ha tomado nota en su clase del trabajo que tienen que preparar en sus respectivas domicilios: Una redacción sobre el “Día de Andalucía”, y, como no estudia, ¡ni de pasada!, la pobrecita la está pasando moradas y no sabe ¡ni lo que escribir, ni por dónde comenzar…! ¡Estoy, arreglada! ¿Y qué escribo sobre este Día, tan importante para Andalucía, porque yo soy de Málaga y de mi tierra bendita puedo decir muchas cosas, pero de las demás capitales? ¡No tengo ni idea! De pronto, aparece un hada madrina y la niña exclama, muy asustada: ¡Oh, un hada madrina! El hada comienza una conversación con la niña y le dice que “ha escuchado sus lamentos y que va intentar ayudarla”. Le pide que coja papel y lápiz y que escriba lo que le va a dictar. Cuando el hada madrina finaliza su exposición, la niña quedó perpleja con la estupenda redacción que le había dictado. De pronto y sin despedirse el hada madrina desaparece y la niña volvió a quedar asombrada de tan increíble visión. ¡No se lo podía creer! ¡Ya tenía la redacción, que debía llevarle a su profesora de Geografía! Entonces la niña empezó a leerla y, conforme iba leyendo la expresión de su rostro denotaba la gran alegría que sentía con tan semejante redacción. Su profe le iba a dar un ¡sobresaliente! Y el tema sobre la redacción del Día de Andalucía, lo explicaba así: El hada madrina imaginaba el escenario situado dentro del recinto donde se celebraba el Día de Andalucía y que ocho niñas, jóvenes o mujeres representando a cada una de las Capitales andaluzas, formaban un círculo y una a una iban situándose en el centro ataviadas con sus preciosos vestidos, declamando todos los encantos que cada una de ellas poseen. Y el hada madrina comenzó con la capital gaditana: Cádiz. Diré, que me llaman: La “Tacita de Plata”, y la historia dice que soy importante y renombrada porque en mí nacieron las Cortes Constituyentes y que, mi alegría se desborda cuando celebramos nuestros Carnavales”. ¡Menuda la algarabía que montamos! La representante de Cádiz se retira entre los aplausos y la cordobesa sale a su encuentro y la despide lanzándole un beso que la gaditana se lo devuelve con mucho salero. Pues yo soy de Córdoba, sultana y mora. ¡Casi nada! ¡Torera y pinturera! “En mí la mujer morena se dio, se dan y conservan”. “Famosa por sus bellas mujeres, monumentos, toreros y hombres de letra”. ¡Y qué contaros de nuestros patios engalanados, con bellas macetas, repletas de flores! Es despedida entre aplausos y sale la representante de Granada. “Yo soy, señores, de Graná y mi tierra es: Granada”. “Yo soy, la alambrera y tuve un precioso niño que se llamó Federico”. “Ando llena de estudiantes y tengo más sierras que mares y mis montes, nevados, son visitados ¡de todos lados!” “Y el mundo entero me canta: ¡Granada! Entre aplausos se retira y entra en escena la representante de Huelva.” ”Huelva soy y así me llaman y son mis salinas, son muy famosas” “Los marineros me aclaman y me cantan los rocieros, porque de vera me aman y soy minera, ¡por excelencia!, por mi famosa Mina de Rio Tinto”. La representante de Jaén se apresura al centro y muy zalamera se expresa así: ”Pues sí, soy jaenera… y aceitunera! “No soy la mayor de mis hermanas, pero mis olivos fueron cantados por un poeta de apellido Hernández” ¡Andaluces de Jaén, aceituneros altivos…! “ Ya, sabéis… de fondo: ¡Olivos! Sale a escena, la representante de Almería. ¡Soy Almería, la estilista, la más fina! “Me llaman, llanita” ¡Casi ná! “Soy, la cinemascope… la elegida entre mis hermanas, por los directores de cine”. “Soy así de diferente, y…” ¡Me encanta! Toca turno a la representante sevillana. “Soy Sevilla” ¡La más pilla! “Dicen que soy, la más fina”. “La verdad es, que me siento mayor…, en estima…, en monumentos…” “Soy Sevilla, qué maravilla, qué preciosa soy, donde Bécquer, Machado, Cernuda y otros muchos me cantaron y escribieron…” “Bueno, no deseo sobreestimarme… pero soy Sevilla y…“¡Ahí queda eso! Y llega el turno a la representante de la niña, ¡la malagueña!, que no cruza mirada con la representante sevillana, porque se retira con aires de grandezas… “Soy, señores… ¡La malagueña y… la más salerosa de todas mis hermanas!” “Cuánto garbo y salero tengo que tener, que cuando paseo por mis calles, voy abriendo pasillos de murmullos, de admiración, ¡que me llegan, al sentío! “Para qué compararme con mis hermanas, ¡si soy monumental! y tantos pintores famosos, como escritores y cantantes de renombre universal me han pintado, escrito y cantado todos los encantos que poseo…” “El agua del mar me acaricia noche y día y los turistas me visitan para disfrutar de sus playas, de su sol, de nuestra gente y su alegría”. ¡Viva Málaga, mi tierra!
Y con la representación de la mujer malagueña, finaliza el acto, que se celebraría en conmemoración por el día más importante del año en todos los pueblos andaluces: ¡EL Día de Andalucía!
Ese día, Mari Carmen, se sintió muy feliz y comprendió cómo, (aunque tantas personas no crean en hadas madrinas), ella ha tenido una a su lado, ha venido al escuchar sus lamentos y no ha dudado en prepararle una redacción que, ¡seguro!, no hubiera podido llevarle a su profesora de Geografía.
¡ VIVA ANDALUCÍA LIBRE ¡
Autor: Antonio Manzanares Jiménez.
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