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DEMONIO

Estos hechos sucedieron hace unos 5 años. Mi esposo y yo, vivíamos en una casita de interés social en un lugar llamado La Pedrera en Altamira, Tamaulipas, México. Tenía 7 meses de embarazo y todo marchaba bien. Sin embargo por una crisis en la industria donde trabajaba mi esposo, hubo un gran recorte de personal en casi todas las petroquímicas y se hizo un caos al quedarse muchas personas sin empleo, entre ellas mi marido. Nos las vimos muy negras en ese periodo, al ya no tener dinero seguro, tuvimos que salirnos de nuestra casa y rentarla para tener un ingreso extra en tanto él conseguía un trabajo. Mi hermana nos ofreció quedarnos en su casa. Ella vivía en una vieja construcción en una colonia aun más antigua en la ciudad de Tampico. Su esposo la había heredado de una tía que murió por causas desconocidas; Aunque supe por dichos de los vecinos que la señora se dedicaba a la “brujería” que leía cartas y hacia sesiones de espiritismo, nunca creí en esas supercherías y sabía que la señora había muerto de un cáncer, nada esotérico. Por lo que pensaba que exageraban al decir que tenia pactos con el diablo y patrañas de esas.

La casona de la tía era amplia y tenía muchas habitaciones, un gran patio trasero y estaba algo céntrica, por lo que nos vino bien la ayuda y teníamos nuestro propio cuarto. Para apoyar un poco con los gastos me puse a vender ropa usada y postres afuera de las escuelas, por esos rumbos había algunas así que lograba acomodar todo. Ella tenía 2 hijas, Carmen de 10 y Ana de 4 años. La más pequeña era muy inquieta y le daba por jugar en las noches corriendo en las habitaciones y haciendo travesuras. Muchas veces incluso se despertaba en las madrugadas y se iba a la cocina a tomarse la leche. En un principio me desagradaba ese comportamiento extraño y mas que mi hermana lo solapara. Pero con el tiempo me llegué a acostumbrar y la ignoraba en la medida de lo posible.

Yo notaba que de tanto en tanto su comportamiento obsesivo iba en aumento y ese sonambulismo ya era muy preocupante, mi hermana decía que estaba bien y que pues era problema de ella. Yo con tal de no interferir la dejaba ser entonces . Una noche tuve insomnio, no podía dormir pensando en mi bebé ya que tenia días en que no lo sentía moverse y tenía que ir al doctor. Me paré al baño y después fui por un vaso de agua. Al dar la vuelta en el pasillo, sentí una corriente eléctrica que me recorrió el cuerpo al ver una pequeña sombra parada en medio de lo que era la sala. Luego de observar detenidamente vi que era mi sobrinita Ana la que estaba ahí como dormida. Al verla noté que tenía los ojos abiertos mirando fijamente hacia un ventanal que daba al patio. La tomé de las manos para llevarla a su cama y apenas dimos unos pasos, ella me soltó violentamente y me miró con un gesto de odio al tiempo que me gritaba : “No me molestes, pinche gorda puta…”
Aquello me hizo sentir un poco de coraje y la impresión por tan semejante grosería hizo que quisiera darle un bien merecida tunda. Enseguida que me dijo eso. La niña salió corriendo por el pasillo y se encerró en su habitación dando un portazo. Nadie lo escuchó. Algo desconcertada me fui a acostar pensando en los problemas de mi sobrina y dejé que llegara la mañana. Antes de irme al ginecólogo para ver el estado de mi hijo, la niña se me quedaba viendo a la panza en tanto desayunábamos y al preguntarle por que me veía, ella tan solo dijo algo que me hizo estremecer y llenarme aun mas de coraje. ” el bebé no nacerá…” Al decir esto le grité encolerizada pidiéndole que no dijera esas cosas y mi hermana de igual manera la reprendió mandándola a su cuarto.

Toda esa mañana estuve pensando en eso, afortunadamente al llegar al ultrasonido, el doctor me confirmó que el bebé estaba bien, pudimos ver los latidos del corazón. Sin mayor preocupación regresé a casa de mi hermana y hablé con ella acerca del comportamiento de mi sobrina, ella no quiso discutir conmigo y me dijo tan solo que era un juego de niños. Esa misma tarde, Carmen la hija mayor de mi hermana tuvo un accidente que le abrió una herida en su cabeza, mi hermana dijo que había sido jugando con su hermana; pero la herida era profunda y mi mente enseguida pensó que mi sobrinita tenía algo que ver en eso. Por lo que se fueron al hospital mi cuñado y ella. Por lo que me pidió que cuidara a Ana y eso me causó incomodidad; pero era mi hermana y mi sobrina, además estábamos de “arrimados” así que renuente acepté y traté de pasarla lo mejor posible. Para colmo mi marido no estaría con nosotras esa noche, había conseguido un trabajo en una tienda de conveniencia y le había tocado turno.

Sería de madrugada cuando desperté por un mal sueño que no recordaba. La casa y la calle estaban en total silencio, revisé el celular y eran las 3:35 am, tenia sed. Al incorporarme quise encender la lamparita de mesa y me di cuenta que no había luz. Al asomarme por la ventana en efecto, vi que toda la calle estaba en total obscuridad, parecía haber sido un apagón general. Encendí el celular para iluminarme, con la tenue luz busqué mis zapatillas y al ir a la puerta me quede paralizada al ver que en la entrada de la habitación había una sombra pequeña parada en medio. Al aluzar, la lucecita iluminó el rostro de mi sobrina que de nueva cuenta estaba sonámbula viéndome con sus ojos inexpresivos y aunque abiertos sabía que estaba dormida.

Harta de esa situación, quise agarrarla para llevarla a su cuarto y enseguida me vio con un par de ojos furiosos y me hizo una mueca de odio enseñándome los dientes que me dejó pasmada. Enseguida de eso corrió por el pasillo y desapareció entre las sombras, le grité a mi sobrina y me fui a buscarla por todas la habitaciones y la sala, no la encontré. apenas iba a dar la vuelta para regresar a mi cuarto cuando escuche un gruñidito detrás. Fue como una risita gruñona que provenía de algún lugar en la sala. El miedo me invadió por que pensé primero que un animal se había metido, así que caminé lentamente por la sala y miré por detrás de los sillones. Cuando vi detrás del mueble más grande encontré que mi sobrina estaba en cuclillas, sin embargo noté algo extraño en ella: estaba sin ropa y se había quitado el pañal, lo más repugnante era que estaba comiendo su propio excremento del mismo. Eso me horrorizó y me preocupó, al llamarla por su nombre para que me atendiera, la niña se volteó y me dio la espalda, me acerque lentamente para ir por ella ya con el coraje y el asco encima; pero antes de que la pudiera tocar se volteó y sentí que el piso se me abría debajo de mis pies, sentí un terror tan horrible que mi corazón comenzó a latir fuertemente en tanto mis piernas temblaban.

El rostro de mi sobrina era un asqueroso rostro de algo horrible. Parecía que sus facciones se habían vuelto violentas, de piel quebrada y negra. Tenía la boca y las mejillas llenas de su propio excremento y lo que más me impactó fueron sus ojos, eran completamente negros, al verla me sonrió mostrando sus dientes llenos de mierda y en ese momento me fui de espaldas, caí de sentón , me lastimé y quise arrastrarme para salir de ahí, el celular se me cayó y se me apagó quedándome a obscuras con aquella cosa detrás. Quise dar un grito; pero antes de que pudiera hacerlo escuché que del fondo del pasillo, provenía un grito de pánico y un llanto que reconocí de inmediato. Era mi sobrina Ana, como pude me incorporé y caminé rápidamente, me dolía debajo del vientre y temía que hubiera lastimado a mi bebé.

Llegue a su habitación y estaba llorando frenéticamente, asustada. Era extraño y no pensé hasta después; pero estaba con su pijama y tenia puesto el pañal. Corrí y la abracé, cerré la puerta con seguro y nos quedamos llorando, yo asustada por lo que vi y que sentía que andaba ahí afuera. Durante un buen rato escuché ruidos que provenían de la cocina, trastes que se caían, puertas que se abrían y cerraban, ruidos en el techo, algo horrible olía en el ambiente. Durante toda la noche no pude dormir, tenía dolores en el vientre y las piernas, me dolía muchísimo la cabeza y estaba aterrada sin poder moverme o dejar de abrazar a mi sobrina que dormía plácidamente y de tanto en tanto hablaba dormida y despertaba intentando salir del cuarto.

Llegó el día y con ello, mi esposo, mi hermana y mi cuñado. Carmen se había quedado en observación en el seguro . Mi sobrina y yo salimos corriendo de la habitación, todos se nos quedaron viendo preocupados y antes de que pudiera darles una explicación, mi hermana me vio con preocupación y pánico. La fuente se me había roto y estaba regando líquido por toda la casa. No lo sentí hasta que ella me dijo, y en efecto tenía un charco de liquido a mis pies. Enseguida nos subimos al carro de mi cuñado y nos fuimos rápido al hospital; pero fue inútil, mi bebé; nació muerto.

No regresé jamás a esa casa, luego de que me dieran de alta del seguro, me fui con mi mamá y no quise jamás volver a ver a nadie, ni siquiera a mi esposo. Pensaba en todo lo sufrido y mas por el hecho de que mis sobrinas corrían algún peligro, nunca lo supe. Sé que mi hermana se separó de su esposo tiempo después y las niñas están bien. Aunque la menor me da mucho miedo el solo verla, cuando vienen de visita procuro no estar presente. Siento más temor ahora por que cuando se organizó un baby shower para una de mis primas en casa de mi mamá, mi sobrina muy seria tocó el vientre de mi prima y dijo con frialdad: “El bebé no va a nacer…”

 

Datos del Cuento
  • Categoría: Terror
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