En ese instante , sonaron las llaves en la puerta de entrada, unos segundos inmensos, que les hacia, , darse cuenta, como llegaba él. Le costaba encontrar la cerradura .La madre rápidamente cambio su expresión.
Mientras hilvanaba sus sentimientos, momentos antes. Se veía en su cara el dolor de su alma, ahora ,instantes después solo había ira y odio.
Los niños se quedaron callados mirando hacia la puerta de la cocina, deseosos y a la misma vez temiendo la llegada de su padre. Carlito se bajo de la silla ,quedo parado en los pies de Ani. Esperando para ver si le podría dar a su padre ese abrazo deseado. Lía jugueteaba con la servilleta ,haciéndola una bolita minúscula entre sus manos, mientras Maria recogía la mesa presurosa.
Por fin sonó la puerta al cerrarse y apareció en el salón, sonriendo y casi sin poder aguantar el equilibrio. Diciendo:
-Mis niños ¿cómo están esta noche?.¿Me esperabais?
Carlito corrió, hasta llegar a sus piernas. A sus seis añitos solo conseguía alcanzar los muslos de su padre. Ani como siempre le siguió y se puso en la otra pierna, miraban esperando que su padre sintiera cuanto lo querían y deseando una de esas caricias y besos que de tarde en tarde se escapaban y que le hacían querer mucho a su papa.
Maria a unos dos o tres metros de ellos, observaba todo, como un gato al acecho. Sabiendo que en cualquier momento podía saltar todo. Miraba a su madre y luego a su padre pensando:
-Hoy será diferente. !Claro! entendieron y todo cambiara. Seremos igual que los demás niños ,con unos padres que se quieren. Sin sentir la mirada de la gente en nosotros por la pelea del día anterior. Sin miedos, sin dolor...............
Miraba a su padre ,como hacia grandes esfuerzos por agacharse, para llegar a los pequeños. Sus ojos casi cerrados y rojos ,le hacia darse cuenta que de nuevo había bebido. Quizás queriendo escapar de una realidad que no le hacia feliz o de sus sentimientos de culpa .Ellos seguían tirando de los pantalones hacia abajo ,para llamar su atención sin darse cuenta que con cada tirón, hacia que se tambaleara hasta parecer que caía sin remedio.
La madre miraba la escena y cada vez mas, un rencor sordo se apoderaba de ella, no entendía, como los niños podían querer a su padre. ¿Cómo no se daban cuenta que él era su desgracia?.Recordaba los insultos que se habían dirigido por la mañana. Los golpes recibidos y aun sabiendo lo que pasaría, no pudo evitar que salieran las palabras:
-Borracho.¡Que asco de hombre!
-Mama,calla,calla por favor.Lia dile algo a mama.
Lía sin levantar la cabeza de la mesa,siguio jugueteando con la servilleta.
De un manotazo, aparto a los niños de sus piernas y se dirigió hacia la cocina. Los pequeños quedaron inmóviles, sus ojos abiertos y sus manos queriendo sujetar algo invisible.
Sus pasos torpes y lentos le hacían parecer mas, un muñeco manejado por unas manos invisible, que un hombre. Sus ojos encendidos en sangre miraban a la madre ,se agarro a la puerta ,diciendo:
-Yo soy un borracho.Y tu una puta,desagradecida.Te voy a matar...
Maria rápidamente, cogió a los pequeños y casi a empujones los metió en el dormitorio.Entro de nuevo en la cocina y saco a Lía. Esta seguía apretando la servilleta ajena a todo. A sus diez años, no sabia aun cuando era el momento de desaparacer. La llevo con sus hermanos, cerro la puerta y éspero. Con la esperanza que todo hubiese pasado, que su padre se sentara en el sillón y se durmiese. Sus ojos llorosos y su cuerpecito de niña, movido por lo que parecía una descarga eléctrica, esperaba a que
Llegara el silencio. A sus espaldas no se oía ni un susurro, los niños solo atentos al exterior, casi ni se movían. De nuevo se escuchaba:
-Tú eres un drogadicto que mataste a tu madre a sufrimientos.
-Y la tuya una puta, que no te dio ni un padre.Anaaaaaa......... te voy a dar un puñetazo en la boca,para que no me insultes mas.
En ese momento Maria apareció de nuevo en la cocina. Una de las sillas salió disparada,al tropezar Carlo y quedo medio tumbado en la mesa , la niña se puso entre los dos y empezó a llorar diciendo:
-Otra vez ,otra vez igual.Callaros , mis hermanos están asustados.
-Papa, ven vamos a la cama .Dame la mano, yo te ayudo.
-Mama, lo ves ,tu tienes la culpa. ¿Porque no te callas?, ¿No entiendes que ha bebido?¿Porque le gritas? Déjalo que duerma.
Después de muchos intentos consiguió incorporarse y fue hacia Ana. Levanto su brazo y la niña se interpuso entre los dos. Llevándose como casi siempre,los golpes. Mientras escuchaba a su madre que seguía con su retahíla de insultos y desprecios.Y a su padre ,diciéndole que se apartara. Pensaba:
-Algún dia podré dejarlos solo, y encerrarme con mis hermanos.A esperar que todo pase.¿Por qué ,cuando yo no estoy, dicen mis hermanos, que mi madre calla?Y ahora no lo hace .Porque cuando le digo que calle , me dice, que soy tan mala como él .Que yo tengo la culpa.¿Qué por mi , se caso con el?
Tantas preguntas sin respuestas, tanto sentimientos de culpa. Que esto dolia , casi mas que los golpes.