Nunca pude apartar de mi mente ese conocido sentimiento: “Me hace falta algo, pero no sé exactamente que es”. Es un sentimiento que me viene siguiendo desde hace muchos años. Si me pongo a pensar detenidamente, son muy pocos los momentos en que he logrado sentirme completamente feliz, realizado; en realidad son muy pocos... Pero bueno la vida continúa, yo opté por ocupar mi tiempo y mi mente en distintas cosas para aliviar este vacío. Clases de inglés, la universidad, prácticas, juergas...
Hoy es una de esas noches en las cuales no puedo cerrar los ojos, son las 2:50 a.m. del día 15 de enero de 1999. Solo tengo ganas de escribir...
Me siento incómodo a pesar de que estoy cerca de alcanzar las metas que me tracé desde muy pequeño, ser un Veterinario, aprender varios idiomas, tengo unos maravillosos padres que me quieren, leales amigos, etc. Pero aún así muchas veces siento un profundo vacío que me atormenta, lo traigo desde hace más de 10 años. Varias veces he tratado de escribir acerca de este tema pero nunca lo he logrado. Me siento una vez mas con esas ganas de plasmar mis ideas, mis descontentos en el papel.
En estos últimos 10 años he tenido muchas experiencias inolvidables, buenas, malas, momentos de felicidad, tristeza, amargura, desesperación, inseguridad... Todas estas vivencias están formando mi carácter, han hecho que sea mas responsable, ordenado, puedo controlar mejor mis emociones, pero a su vez siento que me estoy volviendo frío, indiferente... Tal vez las personas que están a mi alrededor no lo noten y estoy casi seguro que piensan lo contrario, ya que soy muy cariñoso y alegre, pero según yo, esto es más un cariño físico que sentimental. Se me hace mucho mas fácil abrazar a una persona que decirle una palabra de afecto.
Últimamente, me he vuelto egoísta, pienso mucho en mi, en mi futuro, en mi vida... Hace mucho que no tengo ni alegrías inmensas como el cielo, ni desgracias tan profundas como el mar, y yo lo atribuyo a ese egoísmo, me preocupo mas por mi futuro y olvido vivir el presente intensamente. Me enfrento fríamente a la mayoría de sucesos que pasan a mi alrededor, la vida cae en la monotonía, soy casi un ciego....
Como dijo Hermann Hesse “ Es algo hermoso esto de la autosatisfacción, la falta de preocupaciones, estos días llevaderos a ras de tierra, en los que no se atreven a gritar ni el dolor ni el placer, donde todo no hace sino susurrar y andar de puntillas. Pero por desgracia yo no soporto con facilidad precisamente esta semi satisfacción, que al poco tiempo me resulta intolerable, odiosa y repugnante, y tengo que refugiarme desesperado en otras temperaturas...”.
Después de casi 1 año, de mucha reflexión, me he dado cuenta que había olvidado lo mas importante... había olvidado que para aquellos que todos los días los ven iguales, es por que han dejado de percibir las cosas buenas que aparecen en sus vidas.
No debemos vivir ni en el pasado ni en el futuro. Solo tenemos el presente y es lo único que nos debe interesar. Si podemos permanecer siempre en el presente, seremos felices. Percibiremos que en el desierto existe vida, que el cielo tiene estrellas...
Hay que aprender a vivir el “Presente”, con las lecciones del pasado y los sueños del futuro. La felicidad puede encontrarse en un simple grano de arena, una gota de agua o en una brisa de otoño, por que cada uno es un momento de creación y el universo tardó miles de millones de años para crearlo.
¿Por que la vida tiene que ser tan complicada? Llena de sufrimientos, dolor, ira, odio... pasión, amor, alegría, esperanza, sueños... Pienso que es por que no tiene otra forma de enseñarnos algo, de ayudar a superarnos. Como nos dicen en la universidad, solo existe una manera de aprender y es por medio de la práctica, los golpes, la acción.... La mayoría se mata estudiando la teoría, los libros, las separatas y nos damos cuenta muchas veces tarde, que esto resulta ser muy frágil y termina en el olvido. En cambio lo vivido queda como una huella para siempre, una enseñanza, la mejor forma de conservar lo aprendido...