7 de mayo de 2004
Era la tarde del 7 de mayo cuando decidimos, después de salirnos de la escuela (COBAEP Plantel 15 en la ciudad de Puebla) para no tener examen de mate, irnos a una casa a echar relajo.
Para comenzar nos salimos Lety, Ayerim, Gabriel y yo (Alma), buscando a nuestros otros amigos; llegamos a Amalucan y no los vimos y decidimos regresarnos a ver si aun estaban en la escuela, en el camino los encontramos y no sabíamos a donde ir, llegamos a decir el nombre de todos para ver si alguien ofrecía su casa o tal vez lo obligábamos.
Estuvimos un buen rato, paso Paulina con Socorro, Liz y Mago, pero no quisieron llevarnos, hasta que llego Ricardo Bautista y le dijimos que nos invitara a su casa, al principio nos dijo que no porque se iban a enojar, poco después nos dijo que iba a hablar para ver si le daban permiso, resulto que si. Él vive en Clavijero
Comenzamos a caminar sobre la Avenida de las Torres hasta llegar al entronque, fue cuando Gabriel decidió ir a dejar su cámara, Ismael Y Alex lo acompañaron en lo que nosotros los esperábamos, al cabo de unos minutos nos cansamos de esperar y Lety y Ayerim fueron a ver que onda, nos quedamos ahí Roberto, Ricardo y yo; después solo regresaron Lety, Ayerim y Alex y decidimos irnos solo los seis, tardamos mucho en llegar a casa de Ricardo y ya casi para llegar Alex decidió pedir un aventón a una camioneta, resultando que era el cuñado de mi amigo Ricardo.
El caso es que llegamos a su casa y dejamos nuestras cosas, decidieron que compráramos algo en la tienda para comer y un refresco, fueron Alex y Beto, en lo que nosotras veíamos como jugaba Eric, el hermanito de Ricardo, por fin llegaron y comimos todo lo que ellos habían llevado, así que como Ricardo nos había dicho que por el cerro había una casa abandonada que estaba medio escabrosa, nos aventuramos a ir.
En el camino comenzó a llover y nosotras llevábamos faldas pues íbamos con el uniforme, el caso es que llegamos a la casa y estuvimos allí un rato, algo cerca vimos otra construcción algo antigua y nos dio curiosidad de saber que era, parecía una caballeriza, supongo que eso fue una hacienda muy antigua, estuvimos explorando todo eso y no encontramos cosas muy interesantes, Lety y yo que somos las mas curiosas quisimos ir a ver mas para allá, y todos fuimos; encontramos una casa como la primera pero con puertas y ventanas cerradas y con una inscripción en la pared, con letras rojas que decía: “ A la persona que sea sorprendida dentro de esta finca será...” no terminamos de leer porque estorbaba un árbol que estaba allí, además oímos como a 100 metros dos perros que comenzaron a ladrar y nos echamos a correr, el primero en correr fue Ricardo, después Alex y Beto y por último nosotras tres, Lety corría y al mismo tiempo gritaba que no corriéramos.
Uno de los perros era negro y el otro café, el negro venía detrás de mí y el café detrás de Lety y Ayerim, ahí fue cuando nos encontrábamos frente a un planito y volteé y vi muchos árboles, supuse que sería mas fácil perder a los perros entre los árboles y decidí ir por ahí, estaba lloviendo y estábamos mojados, aparte había lodo y yo solo corrí y corrí al mismo tiempo en que gritaba porque los dos perros habían decidido seguirme, Ayerim y Lety solo oyeron mis gritos y los ladridos de los perros, y yo sentí que me estaban alcanzando, hasta que llegue a un lugar donde había muchas plantas, algo así como matorrales y ahí dejaron de perseguirme; Ayerim, Alex y Lety se asustaron al no verme y no oír mas gritos ni ladridos, y mandaron a Beto a buscarme, yo ya estaba bien y ya los había visto, como pude llegue y me sentía un poco mal ya que sufro de los nervios, pero aun así ellos se tranquilizaron un poco, Ayerim me abrazó y me sentí mas segura, los “hombres” decidieron ir a ver otra vez pero les gritamos porque la lluvia era cada vez mas intensa, nos refugiamos en la caballeriza en lo que Alex y Ricardo iban a ver si estaban los perros o no.
Cuando decidimos regresar a la casa del triangulo, los perros nos vieron y nos regresamos, creo que ese fue el momento en el que sentimos mas pánico y pavor, fue cuando me agarre de Ricardo y no lo solté, todos nos regresamos a la caballeriza y entre chascarrillos nos fuimos a dar toda la vuelta para que los perros no nos encontraran o nos vieran, la lluvia era cada vez mas intensa y el aire se colaba entre nuestras ropas, lodo por todos lados, resbalones y todo eso que ocurre en un día lluvioso, en un cerro.
Por fin llegamos a casa de Ricardo, todos mojados y asustados, con un pavor a los perros (sobre todo yo) estuvimos ahí un rato, Ricardo nos presto unos pantalones que nos quedaban súper grandísimos y nos cambiamos en lo que se secaban nuestras faldas, estuvimos como media hora, le hablamos a Yoloxochitl para saber que había pasado en la escuela, nos dijo que los sacaron como a las 4 y que el lunes (día de las madres) si iba a haber clases, nos dijo que si y ya.
después decidí hablarle aun amigo que se llama Carlos Alberto ( si lo estas leyendo no te enojes por decirte Carlos, para no confundir tu sabes) para pedirle que nos viéramos un día porque tenia que platicarle algunas cosas de mi hermano y ya.
Decidimos irnos porque ya era tarde y nos iban a regañar, fue cuando se me ocurrió escribir esto y mandarlo a la red para que todo el mundo sepa que en las casas abandonadas los fantasmas no asustan pero los perros si.
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