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S.O.S.

SALVA MI ALMA, SALVEN NUESTRAS ALMAS:


Sabes, yo estoy acá desde siempre, no mejor dicho, desde..........yo que sé..............desde que él me habló y me dio permiso para crecer y empezar a ver. Eso fue.......eso fue..... hace bastante para atrás, cuando yo era más blandita por afuera .
Tuve etapas lindas y otras donde, no sé porque, sentí algo dentro de mí que me puso mal, muy mal. Una vez, descubrí que podía llorar, otra que si me enojaba mucho podía temblar. Tuve épocas bravas; donde todo me molestaba, hasta que él me habló y me permitió elegir el lugar donde quedarme.
Me quedé aquí, es lindo, tibio, ni frío ni calor, con lugares donde de verdad hace frío, pero eso también me gusta, sobre todo tener fresca la cabeza y los pies.
Te cuento mi historia: de joven, fue de eso hace mucho tiempo atrás, una vez me enfermé y sucedió que luego cuando me miré al espejo descubrí que cada sacudón que tuve, me produjo una arruga, luego me enteré que se llamaban plegamientos, pero mi apariencia era la de una chica llena de acné. Descubrí que tenía hormigueos y eso me causaba gracia, ganas de reír, pero cada vez que lo hacía de mi garganta brotaba algo, que creaba sobre mi piel una superficie oscura de algo liviano.
También recuerdo que, cuando de verdad me enojaba, de mi boca surgían rugidos que me producían estremecimientos, de ello, sí, me quedaron cicatrices, que en algunas zonas me gustan, creando lugares atractivos para mi persona.
Pasados unos años, comenzaron a crecer sobre mí, producto de quién sabe que, pequeños lugares llenos de agua, heridas que supuraban pensé, pero también me di cuenta que, en mis momentos de tristeza mi llanto provocaba esos surcos llenos de agua, que tanto refrescaban mi piel. Joven, empecé a arreglarme y llegó un tiempo en el que estuve bella, llena de aguas, montañas, llaños, manantiales y ríos y comenzó a crecerme una cabellera verde, espectacular, que los vientos que tanto me gustan y refrescan, hacen mover suavemente y entonces me siento como si bailara.
Fue para esa época que unos seres diminutos comenzaron a poblarme, no se que eran, pero desde entonces nunca me abandonaron. Son algo raro, sacan cosas de mi cabellera y las comen, al igual que cuando se meten en mis ríos y con artefactos extraños consiguen quitarme mis bellos juguetes. Que se lleven lo que necesitan, no me molesta. Lo que de verdad me duele es cuando se llevan a las mamás que esperan a sus hijos, o cuando como se llevan demás después los tiran todos hinchados y malolientes.
Estos seres, pasan épocas tranquilas y, es en esos momentos, en los cuales no me molestan, en los que pienso que de verdad, me hacen compañía, pero luego, tienen períodos donde resultan molestos, hacen ruido, mucho ruido, me aturden, grita, lloran y algunos quedan duros sobre mi y comienzan a desfigurarse y tienen mal olor.
Eso fue sucediendo algunas veces, pero ahora, en este tiempo están insoportables, rompen mi piel y sacan de adentro de mí ser cosas que luego con fuego transforman y mis vientos se transforman en vientos negros, de olores nauseabundos, que por donde pasan siembran muerte. De mis ríos, consiguieron cambiar el color, del bello azul ya casi queda nada y ahora las aguas son marrones y tienen mal olor. Cada tanto vuelven otra vez a arruinarlas y arrojan en ellas algo que llaman tambores, que, luego de un tiempo esparcen cosas que hacen que todo lo que los rodea muera, otras veces, se les cae un líquido negro que todo lo que toca mata en forma lenta. ¡Pobres mis juguetes de agua! Los veo sufrir, me pongo triste, muy triste, y es allí cuando descubrí que el miedo puede, paralizarme o volverme loca. Una vez hicieron mucho ruido, pero hubo uno que me asustó de verdad, fue terrible, ensordecedor, me dejó temblando y creo que ellos también se asustaron esa vez, porque del ruido brotó un humo inmenso con forma de hongo y los seres que estaban en ese lugar, largaban fuego por la boca o simplemente desaparecían; después de ese atronador ruido, a los pocos días hubo otro y ya nunca más se callaron y con ritmo cíclico, volvían otra vez a gritar y a ensuciar y a romper mi piel y mi cabello.
Hoy, ya no parezco tan joven, han logrado arruinar mi piel y lo que ellos llaman tierras, están cada vez peor, se deshacen con el agua y llegan a todas partes. Ya no me respetan como lo hacían los anteriores, ya no se preocupan por mí. Sólo buscan saciar su hambre, no solo de comida sino de riquezas y entonces vuelven a romper mi piel, pero cada vez mas adentro de mí y sacan cosas que llaman brillantes, zafiros, rubíes, esmeraldas; me sacan los quistes de mi juventud, pero destruyen toda mi belleza.
Hoy estoy pensando seriamente en enojarme, ya no los soporto más, han conseguido destruir gran parte de mi cabellera, de mis ríos, de mis lagos, de mis vientos, de mis juguetes; cada vez quedan menos tanto en el agua como en la tierra.
Si, de verdad estoy empezando a sentir algo raro dentro de mí, algo como un rugido y cada vez más seguido. He decido que voy a responder dolor con dolor, ahora no aguanto más, ahora lloro y entonces todo se llena de agua; ahora me estremezco y es cuando lo que llaman sus casas caen; y, cuando no tolero más, grito y es cundo salen corriendo porque tienen pánico de lo que sale de mi garganta, ese jugo oscuro que todo lo deshace a medida que sigue brotando de mi interior. Me duele la cabeza y me duelen los pies, porque ya no los tengo tan frescos como antes, además mis pies tienen cosas que ellos llaman basura, me provocan dolor y no me gustan, hacen que mis bellos pies blancos, se vayan destruyendo, disolviendo y también los lugares donde sentía un suave calor ahora hierven........
Le pregunté a él, porque estoy así? Qué pasó? Que hice mal? Que les hice yo?....................
Él me miró un largo rato y solo dijo: Nada, nada hizo cambiar el corazón del hombre...
Y yo sigo aquí, cada vez peor, más enferma y dolorida, esperando de una vez y para siempre, poder dormir; dormir ese sueño eterno, que durmieron otros antes que yo; esos otros que un día vi partirse de dolor en muchas partes y luego desaparecer, poco a poco hasta que quedó otra vez la nada.
Perdón. No puedo más: LA TIERRA.
Datos del Cuento
  • Autor: Andrea
  • Código: 2567
  • Fecha: 16-05-2003
  • Categoría: Sin Clasificar
  • Media: 6.16
  • Votos: 38
  • Envios: 0
  • Lecturas: 8185
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Comentarios


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3 comentarios. Página 1 de 1
eac
invitado-eac 17-05-2003 00:00:00

De pronto sentí como si la tierra de verdad pudiese hablar, que pasaría si de verdad pudiera darnos una lección? creo que quedarían muy pocos sobre ella.

Juan Andueza G.
invitado-Juan Andueza G. 17-05-2003 00:00:00

Ja, lo único que faltaba era presenciar al planeta tierra meditando sobre sí mismo. Muy original, sin duda, y bien escrito. Mis saludos.

Marvin Gomez
invitado-Marvin Gomez 17-05-2003 00:00:00

================================================== pero maten a la maldita de Bonata ==================================================

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